A un mes del Mundial, los equipos pretenden sumar el mayor número de puntos por cuanto ahora controlan lo que no controlaran en los partidos internacionales, puesta a punto de los futbolistas, partidos y eliminatorias a celebrar, desgaste y lesiones de los jugadores que, allá por diciembre, finalizado el Evento mundial, deben coninuar jugando las Ligas domésticas y completar la competición.
Una amenaza inédita planea en el ambiente patrio. Una nueva Ley del Deporte "amenaza" a los clubs (Tres de ellos, Barcelona, Ath Bilbao y R Madrid están excluidos) en sus normativas actuales que les permiten su desarrollo comercial. La Liga de Fútbol Profesional actúa de ariete contra los tres equipos excluidos como si a ellos no los representara y de paso la Federación Española de Fútbol también está presionada por un posible "paro patronal" que, de producirse, podrían ser sancionados los equipos que no acudan a jugar por cuanto la Federación si enviara a los árbitros "a trabajar". Todo un galimatías en el que todos intentan que la letra les beneficie. Y el Congreso seguirá redactando las leyes definitivas, algunas se diferirán hasta que determinados juzgados se pronuncien sobre todo los que afectarán a las SuperLigas.
Ahora mismo, los jugadores seleccionables tienen miedo de lesiones graves que les impediría acudir a Catar, así se lo preguntaban a Ancelotti recientemente y con evidente pragmatismo contestaba que si un futbolista no quiere lesionarse que se quede en el sofá viendo películas.
Porque los futbolistas pueden lesionarse en los entrenamientos y en los partidos, es parte de su riesgo y responsabilidad. De hecho, contra costumbre, el Mundial exhibirá mejores condiciones y puestas a punto de los futbolistas ya que solo han transcurrido 5 meses de sus Campeonatos cuando en otras ocasiones llegan en las "reservas físicas" al finalizar los Campeonatos regulares.
Por tanto, las segundas partes de las Ligas regulares serán un misterio por descubrir, sin antecedentes ni experiencias acumuladas. Como también lo fue la etapa de pandemia que los equipos tuvieron que adaptarse a calendarios asimétricos sin la ayuda del gran público que no pudo asistir a los Estadios.
Por tanto, "ajo y agua" esperando acontecimientos. En todo caso, para cada circunstancia se asigna un cabeza de turco. Y no podemos convivir si no tenemos un culpable de turno sin asumir las propias responsabilidades.