El inicio de la epidemia de la gripe empieza en niños, principales vectores de la enfermedad, y se extiende posteriormente a las edades más proclives a sufrir complicaciones
El grupo de trabajo de Vacunas de la Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria (SEPEAP) ha reclamado que se adopte la vacunación universal contra la gripe en niños, ya que es una enfermedad "infravalorada, infradiagnosticada, infraprevenida e incluso infratratada en aquellas situaciones concretas en las que requiere un tratamiento antiviral específico".
En esta misma línea se pronuncia la Asociación Española de Pediatría (AEP) que, a través de su Comité Asesor de Vacunas, recomienda, desde el año 2021, la vacunación universal contra el virus de la gripe en menores de entre 6 y 59 meses.
Algunas comunidades autónomas ya se están planteando esta posibilidad y los pediatras consideran que "ha llegado el momento de tomar decisiones efectivas para hacer frente a una patología que se encuentra muy infravalorada en el conjunto de la sociedad".
"Esto se explica tanto por la falta de diagnóstico de confirmación, que provoca que la carga real de la dolencia pase desapercibida, como por la percepción generalizada de que se trata de una enfermedad benigna y de escasa importancia. Esta percepción genera unas tasas de vacunación claramente insuficientes en aquellos colectivos en los que la vacuna está especialmente indicada, entre ellos el profesional sanitario, con coberturas muy bajas", señalan los expertos de la SEPEAP.
A pesar de que la cobertura es aceptable en personas mayores de 65 años, "decaen claramente" en otros colectivos de riesgo, especialmente en los menores. De hecho, la inoculación de niños que pertenecen a grupos de riesgo solo llega al 15-20 por ciento de los que necesitan realmente la vacuna.
"Es evidente que hay que cambiar la estrategia", insisten los expertos de la SEPEAP, sobre todo ante la evidencia de que la gripe es una enfermedad "claramente pediátrica" con tasas de incidencia "muy superiores a las edades adultas".
El inicio de la epidemia de la gripe empieza en niños, principales vectores de la enfermedad, y se extiende posteriormente a las edades más proclives a sufrir complicaciones, hospitalización y letalidad. Además, presentan tasas de hospitalización comparables a los mayores de 65 años, especialmente en el colectivo de menores de 4 años.
"El cambio conceptual que debemos hacer los pediatras y las enfermeras pediátricas es el de que debemos considerar a los niños en sí mismos como colectivo de riesgo ligado a su edad, al igual que se hace con las personas mayores", defienden desde el grupo de trabajo.
Las cifras señalan que más de un 60 por ciento de los niños que terminan hospitalizados por complicaciones derivadas de la gripe no tienen ningún factor de riesgo conocido previamente. Esta realidad supone que los menores afectados estarían sin protección, incluso alcanzando el 100 por cien de cobertura de vacunación de los grupos de riesgo considerados en la actualidad.
Es por ello que los pediatras consideran que se debe considerar a estos menores como grupo de riesgo directo e indirecto, dado que sufren formas de enfermedad graves que condicionan hospitalización y transmiten el virus a otros colectivos que pueden sufrir formas graves, incluso con letalidad.
Por otra parte, desde la SEPEAP esgrimen que la efectividad de la vacuna de la gripe en niños "está demostrada, aunque depende de la concordancia entre los virus vacunales y los realmente circulantes".
Sin embargo, más que la efectividad, variable y moderada, consideran necesario valorar el "enorme impacto poblacional que supone la vacunación en una enfermedad tan prevalente, que puede afectar hasta a un 50 por ciento de los niños en determinadas epidemias estacionales".
"Los datos muestran el enorme beneficio poblacional de esta estrategia en aquellos territorios en los que se ha instaurado, que solo puede quedar limitada por una poca disponibilidad de vacunas", remachan los expertos.