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ALBA DE TORMES
Actualizado 09/10/2022 20:36:15
Roberto Jimenez

Así he visto y vivido la recreación teatralizada de la visita de los Reyes a Alba de Tormes en 1922

Escribo hoy, cuando al atardecer le acompaña la calma de un día ajetreado. Una jornada en la que Alba de Tormes ha querido recordar un evento histórico de forma distinta, con la gente del pueblo como protagonista, con vecinos que han querido implicarse y participar en la teatralización de aquella jornada de la visita real a la villa ducal el 8 de octubre de 1922.

Ha sido un acierto no dejar pasar de largo una fecha histórica, ya que fue la conclusión del “Honoris causa” de Santa Teresa. Y es que fue un día que la familia real española dedicó por entero a la nueva doctora y se volcó con la villa teresiana. Y ahora se cumplía justo un siglo.

Me gustaría destacar…

- La participación popular en toda la organización y desarrollo, acudiendo a toda la programación e implicándose en ella, especialmente asistiendo ataviados con los trajes de época. No sólo los figurantes profesionales, sino la gente del pueblo (sobre todo mujeres) que se presentó en el acto con el vestido charro o con trajes de los años 20. Era evocar el pasado desde las emociones que produce el traje tradicional y la moda. Hemos asistido, por eso, a una actuación del agrado de todos, pues eran tantos los que querían inmortalizarlo con su móvil y hasta lograr fotografiarse con los figurantes, especialmente con los reyes.

- La estructura adoptada para todo el acto que, sin ser historicista en exceso, trataba de que fuéramos protagonistas en algo que marcó la vida moderna de Alba y su teresianismo. Por ejemplo, el guión de la loa teresiana, obra del productor Manuel Hoyos, nos hizo entrar en el entramado y problemas de aquella decisión universitaria. Muy bien caracterizados los personajes, “Los tres quijotes” (obispo + Unamuno + Teresa Maldonado) que promovieron tal doctorado, echando incluso mano de la intervención del escritor albense Sánchez Rojas, que se mostró muy contrariado. Sus razones tenía. La evocación teatral francamente estaba bien hecha y se podía seguir fácilmente

- La actuación de la Banda de Música de Alba de Tormes, con esa profesionalidad a la que nos tiene acostumbrados, dio a todo el suceso un marco musical y artístico muy alto, interpretando partituras que ya forman parte del tesoro musical albense. Sin esta presencia y parte musical el acto no hubiera tenido tanta altura.

- El marco incomparable del puente medieval, la Basílica Teresiana, la Plaza mayor, y hasta la Hospedería teresiana (hoy Hostal América), que eran el escenario más adecuado, correspondiente históricamente a lo que se vivió en aquella ocasión digna de ser recordada. Emocionaba pensar y poder decir: aquí mismo sucedió esto, y aquí estuvieron nuestros antepasados. Hasta el banquete regio (con este motivo se descubrió una placa que recuerda la visita) ha sido una manera exacta de revivir aquel día.

- Claro está, el mérito es de la productora cultural ‘Plateros multimedia’, al frente de la cual está Manuel Hoyos, que se ha ganado ya un merecido reconocimiento por las escenificaciones salmantinas del Siglo de Oro y de la boda real de Felipe II. No está mal recordar que Manuel es un antiguo alumno de los Reparadores de San Jerónimo. Se le nota una atracción especial por la villa de sus estudios de adolescente, y cómo conoce y vibra con su historia y tradiciones. ¡Gracias, Manuel!

- Terminar diciendo que este hecho vivido en el día de hoy y que nos hace pensar en las posibilidades culturales de Alba; porque lo de esta mañana ha sido como un juego, el gozar y disfrutar con las fechas de hace un siglo, las cuales ya pertenecen a nuestra historia local. Y lo hemos hecho casi sin quererlo y con tanta naturalidad.

¿Se podrá repetir este tipo de eventos? ¿Tenemos que contar con ellos e incorporarlos a la política cultural?. Ahí queda la pregunta.

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