“Se puede superar una adicción a los juegos, pero siempre teniendo en cuenta que se trata de algo crónico”
Podría calificarse como la droga del Siglo XXI. Una adicción que cada vez tiene más adeptos. Que no conlleva al consumo de sustancias, pero tampoco tiene una prevención como, por ejemplo, las drogas o el alcohol. Los juegos y la ludopatía. La ludopatía y los juegos. “Es una adicción que hay que poner en mayúsculas, en el mismo apartado que el resto de las adicciones. Genera los mismos daños a nivel personal ya que a la gente le deja sin recursos a nivel personal, sin voluntad”, explica Luisa Ventola, psicóloga de la Asociación Salmantina de jugadores Rehabilitados (ASALJAR) a este medio de comunicación.
Cuando empiezan a jugar muchas personas son capaces de controlarlo, pero otras muchas no. “Es en ese momento cuando la cosa cambia y ocurre lo contrario: el juego les controla a ellos”. Personas que han perdido el control, que han pasado de ser jugadores sociales a ser de riesgo, y en un momento dado a jugadores adictos.
Es importante destacar que las personas que acaban siendo adictas a los juegos y a las máquinas cada vez tienen un perfil más joven, se trata de una adicción más propensa en las nuevas generaciones porque “ya crecen rodeados de este tipo de instrumentos táctiles". Por eso hay que tener clara una diferencia fundamental. Cada vez los videojuegos se parecen más a los juegos de azar y desde hace tiempo estamos hablando de alertar de la dificultad que existe para diferenciar entre ambos, creándose lo que se denominan juegos híbridos, que tienen ambas categorías”.
Por ello, lo principal es pedir ayuda cuanto antes. “A los padres les diría que tengan en cuenta que hay marcar un horario y unas reglas para cumplir, sin excepción. Que el uso de espacios comunes es fundamental, que establezcan consecuencias si se incumplen los criterios establecidos, que fomenten otro tipo de ocio y fundamentalmente que prediquen con el ejemplo”.
En este sentido, los videojuegos y los juegos de azar tienen una línea muy fina que los diferencia, que puede llegar a ser inexistente. Las máquinas multijuegos cada vez tienen una capacidad mayor ya que “son máquinas diseñadas” para obtener un estímulo-respuesta inmediato y cuyos premios son aleatorios. De este modo, “se trata de la manera más clara de generar una adicción y encima las provee de muchos más juegos al mismo tiempo, lo cual implica que van a tener que gastar más dinero para acceder a los diferentes niveles que les está proponiendo la máquina”, explica la psicóloga.
A este dato hay que añadir la violencia que puede llegar a desencadenar una persona. El informe de la Fiscalía de Menores de la Junta de Castilla y León señalaba que el aumento de la violencia de tipo doméstico, de hijos a padres, se había encontrado detrás de ello que existía una adicción al móvil, un uso sin control de internet y el uso de videojuegos. “Estamos en una situación preocupante y desde la asociación llevamos mucho tiempo avisando de todo este tipo de cosas, pero calan muy muy lentamente”. Por ello, Ventola pide una cosa: “hay que posponer el mayor tiempo posible el uso de pantallas en los niños”.
Tenemos que tener especial atención cuando vemos alteraciones de tipo emocional, agresividad, aislamiento de la sociedad. “Estas son señales que nos tienen que preocupar y que están indudablemente dentro de las personas con una adicción. Hay una actividad y una alteración en el que el tipo de personalidad, que se va modificando”. En este sentido destaca que “en el juego, apostar cada vez con más frecuencia es el pensamiento único que domina a la persona que está afectada por el juego”.
Por ASALJAR “han pasado, pasan y seguirán pasando cientos de personas. Todas aquellas que se toman de verdad este problema como una adicción, que puede condicionar y que de hecho les ha condicionado, pueden rehabilitarse siempre que sepa y acepte que las adicciones son crónicas, y puedes hacer de todo menos jugar”.