La liturgia estuvo cargada de sentimiento por la despedida de Manuel Peláez, párroco de la localidad durante 18 años
La localidad de Espeja celebró su acto más solemne durante las fiestas de San Lino, Patrón de la localidad del Campo de Argañán al que acudieron numerosos fieles y devotos al segundo obispo de la Comunidad Cristiana, siendo este sucesor del apóstol San Pedro y también considerado el segundo Papa por la Iglesia Católica.
El lugar de culto advocado a San Lino, se quedó pequeño para acoger la ceremonia religiosa que tuvo también como protagonista a Manuel Peláez Muñoz, que se despidió como párroco de la localidad durante los últimos 18 años y, que prestará sus servicios religiosos como Capellán del Convento de la Sagrada Familia de las MM. Carmelitas Descalzas de Ciudad Rodrigo a partir de ahora.
Con la misma edad contaba Mikel García, el monaguillo que ayudó en la celebración de la misa a Manuel Peláez y que él mismo bautizó hace 18 años cuando llegó por primera vez a Espeja.
Manuel Peláez tuvo unas palabras de agradecimiento y cariño para todos los allí presentes llevando para siempre buenos recuerdos de estas casi dos décadas al servicio de esta Comunidad Cristiana cebollera.
Seguidamente, tuvo lugar la procesión por las calles aledañas a la Iglesia Parroquial, la cual iba encabezada por el alcalde de la Villa Juan Sánchez y por la juez de Paz Ana Salgado, que portaban las varas de mayordomía. Tras la imagen, primeros ediles de los pueblos de alrededor con indiferencia del color político al que representaban, acompañados también por autoridades de La Guardia Civil. Cerraban el séquito más de dos centenares de devotos a San Lino; todo ello amenizado por la charanga mirobrigense “Alrojo”.
Una vez de nuevo a las puertas de la parroquia, tuvo lugar el ofertorio seguido de la tradicional subasta de dos roscones, que sumaron 70 y 100 euros, llegando a las manos de Fernando, en representación de la Peña La Fragua y, de Gaspary, esta última la esposa del alcalde.
Tras la entretenida subasta de roscones, los cebolleros bailaron al son de la música de la Charanga para después acudir a un magnífico convite que el Ayuntamiento tenía preparado en el Centro Cultural.
La tarde estuvo muy entretenida con una tradicional capea de vaquillas y posterior suelta por las calles del poblado, donde los jóvenes pudieron demostrar su valentía y habilidades toreras.
Tras un descanso para la cena, los noctívagos pudieron disfrutar hasta altas horas de la madrugada con la orquesta mirobrigense SMS.
Las actividades festivas continuarán durante el sábado y domingo, donde especialmente la jornada sabatina estará marcada por dos actos taurinos de relevancia, un encierro a caballo a las doce de la mañana y una clase práctica del arte del toreo por alumnos de la Escuela de Tauromaquia salmantina.
Al terminar, de nuevo vaquillas al toreo tradicional para los aficionados.