Estos días, con meses de retraso para variar, disfrutamos de la nueva Álvaro Gil. No ha ganado precisamente en color frente al gris anterior, pero parece nueva. Según el proyecto “además de necesitar una mejora de estética y funcionalidad, se considera primordial realizar el cambio y sustitución de las tuberías de saneamiento”, corroborado por inundaciones ocasionales. El profundo conocimiento del subsuelo salmantino de nuestro consistorio no previó viejas canalizaciones, por supuesto sin valor, que pudieran retrasar las obras. Tuberías, tan importantes y tan desdeñadas habitualmente.
El color lo pondrán las futuras jardineras colgantes en las farolas, más del gusto municipal que poner árboles de verdad. En esta calle no caben, a su juicio. Es más, inicialmente la obra dejaba la calzada en los preexistente 6’75 metros de ancho sin ampliar aceras, teniendo ejemplos de dos carriles por poco más de 6 metros. Luego el Modificado la redujo a los 6’30 que imaginamos actuales. Pero, misterio, eso no supone ampliar unos centímetros las aceras salvo unos inapreciables en un tramo, en realidad se reducen en gran parte de la calle. Lo de poner algún paso de peatones soslayado históricamente ni se lo plantean.
Señalábamos hace unos días la oportunidad perdida en la avenida de Mirat de cumplir una promesa de 2018 para dedicar un carril al transporte público. Recordemos el camino ineludible a un cambio sustancial en la Movilidad Urbana con la Zona de Bajas Emisiones. Y que el objetivo de la estrategia de movilidad europea y española es reducir el uso del coche. Aquí se resuelve quitando espacio del peatón para la bici, creando nuevos aparcamientos en superficie o permitiéndolos en nuevos edificios del centro hasta encontrar petróleo.
En Logroño se entretienen en reconvertir pasos de peatones, elevarlo y con mediana en la Avenida de Colón.
A nadie se le habrá ocurrido repensar la función de la calle de Álvaro Gil. Durante 8 meses hemos observado que su “desaparición” no supone problemas. Siempre ha sido una calle inhóspita tras convertir al Paseo del Doctor Torres Villarroel en dirección única. Tampoco pensaron experimentar los efectos de un carril bus en sentido contrario en Torres Villarroel aprovechando la circunstancia de la obra. Salvo peatonalizar calles del centro, de aquella manera en algunos casos, y sustituir aceras por carriles bici no se considera otra acción contundente al meollo del problema ambiental y de contaminación más importante de la ciudad.
La Semana Europea de la Movilidad de 2022 tiene el lema “Conectando mejor”. Según sus Directrices “La gente se conecta cuando se reúne en una plaza de su entorno urbano y permanece conectada en el transporte público.” “La Estrategia de movilidad sostenible e inteligente también reclama una mejor conexión entre los responsables políticos, los proveedores de servicios, los responsables de la planificación urbana y los ciudadanos.” “Dado que el transporte es el segundo sector más contaminante de Europa (…) Es fundamental que las ciudades y los actores interesados cooperen para hacer frente a este importante reto con el fin de reducir significativamente las emisiones de la movilidad (urbana).”
En Salamanca se celebrará otra vez con un compendio de actividades poco molestas para el coche, y el consabido autobús gratis del día 22. Mucha Savia fotogénica, pero avanzamos por obligación y sin acciones decisivas. Eso sí, no pueden evitar al menos darles la razón a quienes desde hace años proponen cosas que hoy ya no les provocan risas y chistes. El lema para esta semana de la Asamblea Ciudadana Valladolid por el Clima es “cambiemos la movilidad, no el clima”. Pues eso, pero nos quedamos sin tiempo y se sigue perdiendo.
Muy entretenidos en Logroño, peatonalizando accesos a colegios como el Vicente Ochoa.