El gobierno actual, además de las fuerzas políticas que lo sustentan y debido al elevado precio de la energía que los consumidores estamos padeciendo, se ha planteado la creación de un tributo que grave los beneficios de las grandes empresas energéticas, incrementar la recaudación que sirva para compensar los perjuicios económicos de los ciudadanos. Desde que la idea fue expuesta por el ejecutivo, la derecha cavernaria de PP y Vox se ha posicionado radicalmente en contra. Además, lo ha hecho, como siempre, con declaraciones que denotan absoluto desprecio, soberbia y prepotencia, calificando la idea de bolchevique, bolivariana, chavista o comunista y siempre en tono peyorativo. Lo mismo ha ocurrido con la buena gestión realizada por los gobiernos de Portugal y España ante la Comisión Europea para conseguir la denominada “excepción ibérica” en el precio de la electricidad, con la que, por cierto, se ha conseguido que sea un 36 % más barata que en Francia, por ejemplo y que haya supuesto en 3 meses un montante de 2.300 millones de euros de ahorro. Estas medidas han provocado una rebaja del coste de la electricidad para los consumidores con tarifa regulada en relación con los precios energéticos si no existiese la referida excepción ibérica. Parece que a la derecha y la ultraderecha no les sienta bien que un gobierno de izquierdas sepa gestionar los intereses generales de los ciudadanos, sobre todo de los sectores económicamente más débiles y humildes. Resulta llamativo que, a pesar de los beneficios que está reportando para España la excepción ibérica, Feijóo diga que si él gobernase en España derogaría esa medida. “Sostenella y no enmendalla”. La cabezonería y el orgullo impiden ver la realidad a Feijóo y los líderes del PP.
Curiosamente, la Comisión Europea, presidida por la conservadora Úrsula Von der Leyen, -perteneciente al grupo popular del Parlamento Europeo, al que pertenece el PP español de Feijóo- ha propuesto adoptar unas medidas parecidas a las emprendidas por el gabinete español de Pedro Sánchez en relación a la intervención del mercado eléctrico, defendiendo recaudar los beneficios extraordinarios de las eléctricas por el precio del gas, a través de una tasa, medida parecida a la que quiere emprender el gobierno español. Es más, la recaudación de la UE pretende ser más agresiva que la del gobierno español, del 5 % de los beneficios, mientras que en el caso español sería del 4,8 %. Esto ha motivado que Feijóo se acerque a las posiciones de la Comisión Europea, pero -al igual que el amante que encuentra por sorpresa a su pareja con otra persona “en la cama”- niega sistemáticamente que la medida que va a emprender la UE sea del mismo calado, de la misma entidad que la que aprobará el gobierno español. Ni Feijóo ni la mayoría de los mandatarios del PP tienen la elegancia de reconocer que les han pillado “in fraganti”, con el paso cambiado. Eso sí, las reacciones no son las mismas. Mientras la portavoz del PP en el Congreso, Cuca Gamarra y otros diputados exaltados utilizan la técnica del “macarrismo político” para insultar, descalificar y desacreditar al gobierno por su iniciativa, Feijóo se apunta a la idea del “marianoozorismo”, dándole vueltas a los temas, al igual que el legendario cómico hispano Mariano Ozores, para intentar hipnotizar a los ciudadanos. Es lo que hizo en una entrevista televisiva el pasado miércoles. Menos mal que aún hay dirigentes en el PP que practican el sentido común, porque este jueves se ha sabido que algunos dirigentes populares asumen el error en el discurso del PP contra la tasa a las eléctricas que llevará a cabo el ejecutivo y reconocen que “les ha ganado el PSOE”, pero lo dicen con la “boca chica” y desde la puerta de atrás de Génova, no desde la entrada principal del edificio popular, la que reservan para celebrar victorias electorales.
Por su parte, la lideresa madrileña, Ayuso, se apunta también a la primera técnica, apostillando en otros asuntos tan delicados como la emergencia climática, calificándola, con una demagogia insultante, de ser un “mito de la izquierda”. Es decir, que para Ayuso ni hay cambio climático ni nada que se le parezca contradiciendo a todos los científicos expertos en la materia.
Queda mucho partido por jugar hasta la celebración de las próximas elecciones autonómicas, municipales y generales que se celebrarán durante el próximo año y aunque el PP de Feijóo vaticina que podrán obtener una mayoría amplia para gobernar en solitario y, en consecuencia, tener en propiedad la piel del oso antes de cazarlo debido a que están en campaña electoral permanente, la ciudadanía puede darles un gran susto. Recordemos que los ciudadanos siempre son generosos con los gobernantes que han sabido trabajar por los intereses de la mayoría, por la lucha contra la pobreza y la desigualdad, máxime cuando ese trabajo se hace con honestidad y buena fe.