Después de unas largas vacaciones nos enfrentamos a un nuevo curso escolar. Una gran mayoría enterrados en papeles y ya sintiéndose cansados. Justificados en la burocracia y en los miles de protocolos. Igualdad, convivencia, atención a la diversidad, nombres rimbombantes que no reflejan la realidad de las aulas.
Los profesores sin vocación se agarran a los panfletos como la razón de su existencia y no digamos las autoridades políticas. Que los problemas no salpiquen.
La nueva ley de lavado de imagen pero sin adaptaciones reales. Llevo toda la vida hablando que la exigencia no es hacer repetir, no es suspender. Pero tampoco generar falsas expectativas. No nos carguemos la formación profesional básica, ni los necesarios oficios no universitarios.
Nosotros en Milani y Santiago Uno daremos un paso más en el trabajo por proyectos y aprendizaje servicio para hacer equipos de profesores y alumnos que sepamos cada minuto para qué estudiamos y sintamos un resultado práctico en lo material y en lo emocional.
Buscamos minutos de calidad con los alumnos donde no sea justificar el tiempo. Esperamos descubrir nuevas vivencias y aprendizajes. Nos inquieta qué seremos capaces de compartir y conseguir con los alumnos.
Cuidar el planeta, a las personas, dar mil oportunidades. Nuestro propósito siempre en el horizonte de integrar ecosocialmente a los últimos debe aterrizarse en acciones concretas cada día.
Interpretar la muerte de Isabel segunda y las consecuencias mundiales de este reinado también entra en el curriculum porque todo importa. Lógicamente habrá distintas visiones y datos objetivos.
En las asambleas se trabajará la tolerancia a la frustración y se redefinirán muchas prioridades.
Tiraremos de muchas culturas para analizar la tiranía de la globalización. Cuando en los desiertos de Marruecos nuestra niñas se olvidaban de los espejos y se sentían en una inconfundible paz interior, iluminaban muchos caminos educativos.
El debate, el codo a codo con los chicos, los chistes y las lágrimas seguirán formando parte de nuestras jaulas, a pesar del universal mundo virtual.
Pongamos todas las cartas sobre la mesa y empezemos a jugar al mus, si viene del euskera significa beso. Yo no sé jugar al mus de las cartas pero he cantado muchas grandes y chicas en las clases.