Dependiendo de la intensidad de los síntomas y de su prolongación en el tiempo, puede ser considerado como un simple proceso adaptativo a la vida laboral o, en el peor de los casos, un problema grave de salud que afecta al individuo tanto física como mentalmente y perjudica su rutina
La depresión postvacacional, también conocida como síndrome postvacacional, ataca de nuevo tras estas esperadas vacaciones postpandemia.
La llegada del covid-19 generó una cadena de consecuencias que dejaron huella en la salud mental de nuestra sociedad. Tras ser confinados en nuestros hogares, las restricciones posteriores, además de dificultar el proceso de adaptación a la nueva situación, también retrasaron la posibilidad de disfrutar de unas merecidas vacaciones.
No obstante, después de este verano, los casos de depresión postvacacional, cuyas estadísticas establecían que 1 de cada 3 trabajadores sufren este síndrome en su vuelta al trabajo, aumentan de forma preocupante.
Según Sonia González, directora de la clínica Psyfeel de psicólogos en Salamanca, los síntomas van mucho más allá de una simple sensación de tristeza, cansancio o pérdida de interés, llegando a afectar a la vida cotidiana de la persona. En el caso de que persistan, se aconseja buscar ayuda psicológica.
A continuación, explicaremos en qué consiste realmente este síndrome, cuáles son sus causas, su período de adaptación y, por último, identificaremos los síntomas asociados.
Aunque no existe un consenso entre todos los miembros de la comunidad científica sobre su definición, sí aparece registrado como un trastorno temporal que no debe confundirse como patología.
Dependiendo de la intensidad de los síntomas y de su prolongación en el tiempo, puede ser considerado como un simple proceso adaptativo a la vida laboral o, en el peor de los casos, un problema grave de salud que afecta al individuo tanto física como mentalmente y perjudica su rutina.
La vuelta al trabajo supone cambios de horario, obligaciones y, prácticamente, alterar el estilo de vida adquirido durante el verano. Según varios estudios, la transición de las vacaciones a la vida laboral provoca una bajada de adrenalina que puede ser una de las causas principales.
Por otro lado, en muchos casos, este proceso de adaptación resulta más complicado debido a que se percibe la reincorporación como algo negativo. Esto ocurre porque gran parte de nuestra sociedad presenta un entorno laboral poco favorable y/o conflictivo que potencia los efectos.
El período de adaptación de este proceso oscila de 2 a 3 días hasta los 21 días necesarios para desarrollar cualquier hábito. Es a partir de este momento que, si los síntomas se prolongan, se necesita intervención psicológica.
Según psicólogos en Salamanca, es frecuente presentar un cuadro de astenia y agotamiento psicológico. Además, el estrés del trabajo puede desencadenar en ansiedad, problemas de irritabilidad y cambios de humor. Por otra parte, la capacidad de concentración se encuentra limitada y existe un elevado riesgo de sufrir trastornos del sueño, como insomnio o somnolencia durante el horario laboral.
El aumento de casos de depresión postvacacional tras este verano libre de restricciones es un problema que puede afectar la vuelta a la vida laboral de muchos trabajadores. Si te encuentras en esta situación y percibes que tus síntomas continúan y se intensifican, no dudes en buscar ayuda psicológica.