A día de hoy, cualquier comercio o casino paypal está dotado con recursos de software que se encargan de monitorizar constantemente todos los intercambios de dinero que se llevan a cabo, evitando con ello que se produzcan fraudes y suplantaciones de identidad
La legislación europea se prepara para mover ficha en torno al servicio que está revolucionando las compras a través de internet: el ya célebre BNPL (Buy now, pay later), conocido en España como el ‘compra ahora, paga después’. Se trata de un método que permite al usuario realizar pagos de manera fraccionada y sin intereses. La previsión marca que el Europarlamento podría aprobar su inclusión en la normativa que se encarga de regular el crédito al consumo, a pesar de que en un principio se consideró que las características de un producto así no se ajustaban a las de un crédito común.
Por el momento, el texto que promueve la necesidad de que el BNPL se ajuste a la ley vigente en Europa no sólo está a la espera de ser aprobado, sino que además ha sido objeto de aproximadamente ochocientas enmiendas que están retrasando su definición. Se calcula que podría estar listo para el mes de diciembre.
La gran particularidad del ‘Buy now, pay later’ se centra sobre todo en permitir que el pago pueda producirse en varias cuotas una vez que se ha hecho la compra, sin que además entren en juego otros cargos añadidos por el servicio prestado. El funcionamiento es muy sencillo: la entidad que hace de intermediario entre el cliente y el ecommerce recibe de este último un tanto por ciento del precio de la compra, por lo que el consumidor queda libre de asumir intereses siempre que se ajuste a los plazos.
Este procedimiento llegó en un principio de la mano de Klarna y Afterpay, dos empresas dedicadas a la tecnología financiera que descubrieron que el pago online podía flexibilizarse mucho más. El éxito que ambas sociedades cosecharon entre los consumidores provocó que otras fintech del panorama, así como la banca tradicional, decidieran ofrecer este tipo de pagos entre su repertorio de servicios. Si bien es cierto que el modelo implantado por el BNPL no se ciñe a la mecánica del crédito tradicional, agentes implicados en el consejo europarlamentario, como por ejemplo la Asociación de Bancos Europeos, instan a las autoridades a incluirlo en la actual ley crediticia. El argumento que se esgrime al respecto hace mención a los riesgos que podrían darse en una actividad financiera que tiene lugar fuera de los cauces regulados.
La directiva europea recogerá también una de las clásicas peticiones que la patronal del sector financiero viene reclamando desde hace años. En concreto, todo apunta a que se pasará a regular el trabajo de aquellas entidades que suministren créditos rápidos cuya tasa anual equivalente (TAE) supere los mil puntos porcentuales. En este sentido, la pretensión pasa por considerar crédito regulado cualquier cantidad prestada que supere el euro de valor, a diferencia de lo que sucede actualmente, que el umbral está fijado en doscientos euros.
Desde estas coordenadas, Europa obligaría a las fintech a inscribirse en un registro específico para entidades financieras que estaría perfectamente supervisado. Estas estarían sujetas a un reglamento que exige el análisis de la capacidad de solvencia de los clientes para evitar que estos asuman riesgos peligrosos y terminen llegando al sobreendeudamiento.
El ‘compra ahora, paga después’ sigue registrando un crecimiento espectacular entre los usuarios. Así lo recoge el estudio elaborado por la plataforma Younited, que revela cómo en un par de años el volumen de dinero que podría circular en un mercado como este ascendería a más de 250 mil millones de dólares a nivel mundial. El estudio señala de igual modo que, en el caso de España, más del cuarenta por ciento de los consumidores ha utilizado esta modalidad de pago en compras cuyo valor se sitúa entre los doscientos y los tres mil euros.
La tendencia ha irrumpido con tal fuerza que incluso los grandes bancos del panorama español, como son BBVA, Bankinter o Sabadell, han decidido lanzar de manera conjunta Plazox, un servicio que permite fraccionar al instante los pagos que se hacen con tarjeta de crédito, siempre bajo la idea de atender a las necesidades que exigen los nuevos tiempos. En la misma sintonía, el Banco Santander y Caixabank crearon Zinia e Izzinow respectivamente. Tampoco Apple ha querido quedarse fuera del negocio, y es que hace tan sólo unas semanas puso en marcha la plataforma Apple Pay Later en Estados Unidos, que ofrece plazos de pago de hasta un mes y medio de tiempo. Se trata de una cifra bastante escasa, teniendo en cuenta que el gigante PayPal acaba de anunciar que llegará a los dos años.
El de esta última compañía es un movimiento que se sabía que iba a producirse tarde o temprano, ya que estamos ante la plataforma líder en soluciones de pago electrónico con más de trescientos veinte millones de cuentas repartidas por todo el mundo. Con estas cifras, la presencia de la multinacional norteamericana es casi obligatoria en los grandes entornos online que realizan miles de transacciones económicas al cabo del día, como pueden ser los principales ecommerce o los portales dedicados a los juegos de azar. Y no sólo por una cuestión de números, sino porque además se trata de una modalidad de pago que integra uno de los sistemas de ciberseguridad más avanzados que existen. Sin ir más lejos, a día de hoy, cualquier comercio o casino paypal está dotado con recursos de software que se encargan de monitorizar constantemente todos los intercambios de dinero que se llevan a cabo, evitando con ello que se produzcan fraudes y suplantaciones de identidad. Asimismo, otro de sus atractivos reside en el altísimo nivel de protección que es capaz de aportar a los datos personales de los clientes, ya que emplea un protocolo informático cuya misión es la de encriptar la información sensible, ya sea un número de cuenta bancaria o una contraseña, que viaja desde la web hasta el servidor. PayPal consigue así que el contenido privado no quede expuesto ante terceras personas.
A pesar de esto, la postura de la Unión Europea frente al BNPL está por el momento llena de cautela. Así lo evidencia el hecho de que el Consejo haya declarado públicamente su temor ante la posibilidad de que este método de pago termine calando entre los compradores sin recursos y pueda llevarlos a la ruina