Se pueden identificar porque no exponen una placa identificativa que constate que son legales, no ofrecen presupuesto ni factura y en muchas ocasiones trabajan a puerta cerrada
La Confederación Española de Talleres de Reparación de Automóviles y Afines (CETRAA), calcula que un 20 por ciento de los talleres operativos en España lo hacen sin las licencias necesarias. Son talleres ilegales y además de ser “injustos” para quienes cumplen con la normativa, ponen en riesgo la seguridad vial de aquellos que recurren a ellos y los que les rodean, según Sergio Pérez, presidente de la Asociación de Empresarios Salmantinos de Automóviles y Talleres (AESAT).
Entre los motivos de preocupación, la “inseguridad en cuanto a la intervención que puedan hacer en tu coche, las piezas utilizadas pueden no ser las adecuadas y pueden suponer problemas muy graves”. En un taller que se ajusta a la normativa “se cumple con unos estándares escrupulosos” apunta Sergio. Los talleres clandestinos forman parte de la economía sumergida, no pagan impuestos y no pueden ofrecer garantías a sus clientes.
“La crisis hace que mucha gente del sector esté trabajando a turnos y después en un pequeño local haga trabajos para amigos o conocidos”, pero incluso estos ‘apaños’ pueden ser peligrosos. Solo los talleres legales pueden acceder a la información técnica de un vehículo, es decir, a las instrucciones marcadas por los fabricantes. También a la trazabilidad de los recambios, por la que quienes los necesitan pueden saber que están homologados. En los locales clandestinos, las piezas pueden ser de segunda mano o de desguaces y los consumidores no tienen cómo saberlo. Por ello, Sergio “pediría que se lo piense dos veces” a quien “se quiere aprovechar de un ahorro de costes acudiendo a esos talleres”.
Reconoce que muchos clientes saben que están recurriendo a un negocio ilegal, hay unas condiciones comunes que los identifican. La primera es que no cuentan con una placa blanca y azul que concede la Consejería de Industria e indica las ramas de actividad e incluso el número del taller en el registro industrial. Es obligatorio exponerla. También es sospechoso que no aparezcan carteles informativos sobre horarios, precios y derechos de los consumidores.
Desde CETRAA avisan de que hay una mayor densidad de talleres ilegales en las afueras de las ciudades y en zonas rurales, aunque hay que sumar el resto de características para concluir que lo es. Además, suelen trabajar a puerta cerrada en garajes y domicilios particulares. Un establecimiento de estas características tampoco ofrecerá presupuestos ni facturas a los clientes.
Por ello, piden a “la gente asociada y no asociada” que delaten estas prácticas contra toda deontología en su zona, “y que lo hagan a través de la Asociación para que nosotros nos podamos poner en contacto con la Administración y se hagan las inspecciones oportunas”. CETRAA también ofrece una sala de denuncia anónima en su página web.
Placa identificativa de un taller elegalmente establecido | Fuente: CETRAA