Ante las velas que nos alumbran, mejor dicho, que cada vez nos alumbran menos, el presidente Sánchez ha anunciado aplicar un impuesto especial, transitorio, solamente por dos años a las empresas que más dinero ingresan, y los bancos han puesto el grito en el cielo.
Según los banqueros, el gobierno, en lugar de imponerles tan injusto sacrificio, debería premiarles su labor social, porque gracias a ellos los españoles podemos disponer de bienes tan necesarios como una vivienda y un coche. Pero vamos a ver, almas de cántaro, que dijo el eclesiástico a don Quijote para que olvidara sus fantasías y volviera a la realidad, ¿creen ustedes que alguien en este país puede creerles ese cuento? Ustedes, para que lo entiendan bien, viven de un negocio que vende dinero y les pagamos las hipotecas a precio de oro, los préstamos, por abrir una libreta, por cancelarla, por mantenimiento de la cuenta, por darla de baja en caso de fallecimiento, por usar tarjetas, por no usarlas… y para que nunca un año ganen menos que el anterior nos cobran comisiones por todo y otras historias que solo pueden llamarse estafas o atracos. A cambio de tantos atropellos cierran oficinas, limitan el horario de atención al público, cada vez son más los municipios que se van quedando sin servicio… y el presidente Sánchez, como los presidentes anteriores, en lugar de pararles los pies, mira para otro lado.
Ante las velas que más que alumbrar nos van dejando a oscuras, para cuadrar las cuentas, el presidente Sánchez, informado de que cada vez son más los españoles que se las ven y se las desean para llegar a fin de mes, ha anunciado poner un impuesto especial durante dos años a las empresas que más dinero ingresan, y los banqueros, que si de algo carecen es de vergüenza, han anunciado negarse a pagarlo. No sabemos todavía si se trata de un aviso para ver cómo reaccionan los afectados, o si se trata de una medida para ganarse la simpatía de los hartos de ver que los impuestos recaen siempre sobre los que menos tienen. Pero sea lo que sea, de una cosa podemos estar seguros: el todavía supuesto impuesto de los banqueros, al igual que el rescate para sacarlos de la crisis que ellos mismos crearon hace unos años, lo pagaremos los ciudadanos.