OPINIóN
Actualizado 14/08/2022 23:14:40
Eusebio Gómez

"El ayer pasó, y con él el insulto y quien lo lanzó y quien lo recibió” (Buda).

Tenemos que vivir el momento presente, como lo mejor que nos ha regalado el Señor. Cada vez que nos detenemos en lo negativo, nos entristecemos, nos deprimimos, nos destruimos.

Es necesario, pues, alejar todo recuerdo triste del pasado y ver algo positivo del momento presente. No se arregla nada con deplorar el pasado, es pérdida de tiempo, de energías y fuente de resentimiento. Debemos utilizar todo ese sufrimiento como abono para que florezca un presente de amor, de alegría y de paz. Dios nos ha dotado de esta capacidad para dirigir y controlar nuestras ideas, deseos, y acciones.

La felicidad está presente en el aquí y en el ahora, en nosotros mismos, y en todo lo que vemos y hacemos. No tenemos que ir muy lejos para disfrutar con lo que tenemos a nuestro alcance: aire, sol, agua.

Para ser felices debemos estar atentos a la gente con la que nos encontramos cada día, ver toda la bondad que hay en sus vidas y hacerles la vida agradable. Sólo necesitamos estar despiertos, vivir el momento presente, para liberarme de las heridas del pasado y no temer los riesgos del futuro.

El ser humano puede nacer de nuevo cada día, levantar su ánimo y llenarse de energía. La fe en Dios le ayudará a confiar en sí y a vivir como dueño y señor. Vivir liberado del pasado y del porvenir, es vivir disfrutando el momento presente como Dios quiere, con la vida que Él nos ha dado, viviendo la felicidad que tengo en el hoy, sin preocuparme de lo que sucedió ayer y de lo que pueda ocurrir mañana.

Al entrar Buda en un pueblo, un hombre le insultó y arrojó barro a su paso en protesta por su visita a aquel lugar.

Al atardecer, Buda predicó en el pueblo, y al oírlo aquel hombre cambió su corazón. Lloró de noche y decidió buscar el perdón al día siguiente. De mañana se presentó al Maestro y se identificó como el hombre que le había insultado. Buda respondió: “Ayer era ayer, y hoy es hoy: Aquel a quien tú insultaste era un personaje de ayer, y este con quien hablas ahora lo es de hoy. El ayer pasó, y con él el insulto y quien lo lanzó y quien lo recibió¨(Adaptación de un escrito de Carlos G. Vallés S.J)

Jesús en el Evangelio nos dice cómo se puede vivir cada día con la confianza puesta en Dios y atendiendo a los demás. “Bástale a cada día su afán” ( Mt 6,34)

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