Continúa mientras tanto la negociación con Shakira por la custodia de los menores
Dos meses después de anunciar su ruptura, Shakira y Gerard Piqué continúan sin llegar a un acuerdo se separación. Tal y como apuntan fuentes cercanas, sus abogados mantienen un tenso tira y afloja en lo relativo a los dos hijos de la pareja - Milan, de 9 años y Sasha de 7 -, para ambos su máxima prioridad en estos complicados momentos.
Y es que se especula con que la cantante querría mudarse a Miami con los pequeños para despegar su carrera en Estados Unidos, algo a lo que el futbolista - que luchará esta temporada por hacerse un hueco en el Barça a pesar de que Xavi Hernández no cuenta con él - se negaría en redondo, puesto que no está dispuesto a que sus hijos abandonen Barcelona, donde tienen su colegio, sus amigos y a su familia, a la que están muy unidos.
Una negociación para conseguir llegar a un acuerdo que se está alargando más de lo previsible porque ninguno está dispuesto a ceder en lo relativo a sus niños y sobre la que tanto el entorno de Shakira como el de Piqué guardan absoluto silencio, aunque parece que las cosas no están siendo fáciles y la relación entre la expareja es del todo menos amistosa.
Tanto es así que el futbolista ni siquiera entra ya en el domicilio familiar y, cada vez que va a recoger a los pequeños, tiene que esperar en la puerta como si de un desconocido se tratase. Recién llegados a Barcelona tras tres semanas de vacaciones con su madre por Estados Unidos y México, Milan y Sasha se han reencontrado con su papá, con el que pasarán la próxima quincena después de que los abogados de ambos hayan llegado a un acuerdo sobre lo relativo a la custodia este verano.
Muy serio, Piqué llegaba a la que un día fue su casa y aparcaba en la puerta, esperando pacientemente a que saliesen los pequeños cuando antes entraba en el garaje del domicilio para evitar ser captado por la prensa. Diez minutos en los que el defensa aprovechó para sacar una bolsa del maletero de su vehículo antes de reencontrarse con Milan y Sasha y cargar hasta su coche una enorme maleta - que le costaba trabajo arrastrar - con todo lo necesario para disfrutar de unos días de vacaciones con sus pequeños, que alguien le entregó en la puerta de la mansión en la que reside Shakira tras su separación.