Dinamarca se posiciona como el primer Estado miembro de la Unión Europea en plantearse la devolución a su país de personas refugiadas sirias, lugar donde, aún hoy, continúa una guerra desastrosa.
Autora: Nadia Rodríguez Sánchez. Defensora de los derechos humanos.
El Gobierno danés tomó la decisión de retirarles el permiso de residencia a más de un centenar de refugiados procedentes de Siria, personas que huyeron de la todavía vigente guerra que comenzó en marzo del 2011. El fin perseguido por el Ejecutivo de Dinamarca es devolverlos a Siria por considerar que la situación de su país es totalmente segura.
Este hecho ha sido criticado por varios defensores y defensoras de los derechos humanos, así como por diversas ONG. Concretamente, la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) criticó esta decisión públicamente en una rueda de prensa realizada en Ginebra ya que consideran que no existen mejoras en cuanto a la seguridad en gran parte del territorio sirio y, por lo tanto, no es justificable la decisión de dicho gobierno de poner fin a la protección internacional de los refugiados situados en Dinamarca.
Dinamarca declaró que retiraría los permisos de residencia a un total de 94 sirios con estatuto de refugiado reconocido por considerar que Damasco, capital de Siria y, actualmente, bajo el poder del régimen de Bashar Al Asad, es seguro, así como las zonas periféricas a la misma y, por ende, consideran que los refugiados pueden volver a esas zonas con supuesta seguridad.
Este país resulta ser el primer Estado miembro de la Unión Europea que toma la decisión de retornar a refugiados procedentes de Siria, alegando basarse en evaluaciones sobre el conflicto sirio. Ciertamente, todavía no hay decisiones consensuadas o concretas al respecto y la posición del Gobierno ha dado lugar a un fuerte debate que acontece en el país.
ACNUR insistió en la necesidad de proteger a los refugiados sirios, sobre todo pidió que no fuesen devueltos de forma forzada a ningún territorio de Siria sin analizar previamente la situación real de la región o saber de forma certera quiénes controlan los diversos territorios sirios. Dieron especial importancia a las necesidades que muchos de los refugiados sirios tienen, así como su necesaria protección internacional, siendo de suma importancia proporcionarles el asilo que merecen en los diversos Estados miembros de la Unión Europea.
La realidad anunciada por Dinamarca no es otra que la alta probabilidad de que los refugiados acaben en campos de deportación de ese mismo país o se vean obligados a retornar al país del que tuvieron que huir por un fuerte conflicto bélico que ha destruido la base social y económica del territorio, en busca de proteger sus propias vidas.
Por todo ello, es una decisión grave la que el país nórdico ha tomado, pues no tiene en cuenta ni las necesidades de los refugiados ni las fuertes vulnerabilidades a las que este Estado, aparentemente defensor de los derechos humanos y adherido a la Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea, no presta atención en ningún momento. Alegando cuestiones infundadas sobre una mejora de la seguridad en territorios sirios, Dinamarca devolverá en un primer momento a 94 personas al horror de la guerra de la que huyeron, poniendo sus vidas nuevamente en peligro a pesar de ser reconocidos oficialmente con el Estatuto de refugiado. Sin embargo, si esta acción se lleva a cabo, no serán los primeros en ser devueltos a un conflicto que amenaza con arrebatarles sus propias vidas.
Ciertamente, Dinamarca parece mostrarse como el preámbulo de una devolución masiva de refugiados procedentes de Siria, marcando la senda que seguramente tomarán otros países miembros de la Unión Europea, pues ya son muchos los que han adoptado políticas sobre inmigración más restrictivas o se han dejado embaucar por los discursos racistas y xenófobos de algunos partidos políticos.
Con este anuncio, se sitúa el foco de atención en Dinamarca para ver qué consecuencias desencadenan estas decisiones que concluyentemente desprotegen a las personas, así como sus derechos fundamentales.