La comparecencia de prensa ofrecida por el líder del PP este jueves en la plaza de la Marina Española, es decir, en los exteriores del Senado –eso sí, sin permitir preguntas a los periodistas- denota, en el fondo, una ignorancia política sin precedentes y, en la forma, un resentimiento de especial intensidad hacia el gobierno de Sánchez que no es otra cosa que la manifestación de una impotencia argumental. Resulta inconcebible que un político que aspira a presidir el gobierno español manifieste que uno de los mayores problemas económicos de los españoles es el desempleo, precisamente el día en que se han conocido los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) del segundo trimestre del año, en los que se prueba que ha descendido notablemente el desempleo y que estamos en las mejores cifras de empleados de nuestra historia reciente, que se consiguieron en 2008, Pero, además, en la situación actual, han crecido exponencialmente más los contratos indefinidos que los temporales como consecuencia de la reforma laboral aprobada recientemente por el gobierno actual -a la que se opuso frontalmente el PP aprobándose casualmente por el voto erróneo del diputado extremeño del PP, Alberto Casero- y con un salario mínimo interprofesional más digno que el que había durante los gobiernos del PP de M. Rajoy.
Por otra parte, Feijóo también ha pedido a Sánchez en la comparecencia que se “autocensure” debido a la reciente sentencia del TS sobre el caso de los “ERE de Andalucía”. Hay que recordar al señor Feijóo que este caso de corrupción política (deplorable, como todos los habidos en España, con independencia de la formación política a la que pertenezcan sus responsables) sucedió durante los años 2000 y 2009 y los responsables de aquellos hechos están fuera de la circulación política y se depuraron las responsabilidades penales en la sentencia de la Audiencia Provincial de Sevilla, de 2019. Lo que se ha conocido en estos días es la parte dispositiva de la sentencia (ésta no se ha publicado aún, por lo que no entraré en las reflexiones sobre la misma hasta conocer los Fundamentos Jurídicos) del Recurso de Casación interpuesto por algunos de los condenados en la sentencia definitiva emitida en 2019. También hay que recordarle al señor Feijóo que, por el contrario, la regeneración democrática no ha llegado aún al PP, dado que se han conocido hechos gravísimos en los audios publicados de Villarejo, que demuestran que toda la cúpula del gobierno de M. Rajoy estaba al tanto de los encargos a la denominada “policía patriótica” para que hiciera lo imposible –y con dinero público- por ocultar pruebas relativas a la financiación ilegal del PP, al caso Bárcenas, a la destrucción de los discos duros de los ordenadores de la contabilidad del PP, a las que demostraban que la sede del PP se financió con “dinero negro” y a la inflación de denuncias falsas contra políticos catalanes, de Unidas Podemos y del PSOE con la finalidad de destruirlos políticamente. ¿Cómo se califican estas conductas?, ¿no es atentar contra los principios y valores que establece el Estado de Derecho?, ¿no supone esto intentar subvertir el orden constitucional para beneficio propio?
Estos hechos son recientes y muy graves y, por entonces, el señor Feijóo ya tenía responsabilidades como presidente de la Xunta de Galicia. También y en la foto de los barones del PP que aupaban a M. Rajoy en 2009 cuando éste dijo en comparecencia pública que “Gürtel no es una trama del PP sino una trama contra el PP” instruida penalmente por un juez, Garzón, al que luego consiguieron inhabilitar, aparecían políticos que hoy, con Feijóo, están en la plana mayor del PP, como González Pons, o diputados como Bermudez de Castro, que actualmente continúa en su asiento parlamentario y muchos otros que hoy son senadores, a quienes les da lo mismo que gobiernen Tirios o Troyanos en su partido porque lo importante es mantenerse en el cargo. ¡Regenérense de una vez, señor Feijóo, probablemente si así fuere, usted no podría estar en el puesto de relevancia política que ocupa y tendría que irse. También le recuerdo que el señor Pedro Sánchez era un perfecto desconocido en la época de los escándalos de los ERE y nunca tuvo puestos de responsabilidad política en esa época; usted, en cambio, señor Feijóo, sí, porque ya ocupó cargos relevantes incluso con los gobiernos de Aznar y pasaba sus vacaciones invitado por el narcotraficante Marcial Dorado, condenado después a 13 años de prisión. En consecuencia, señor Feijóo, sus lecciones de honradez tienen muy poca credibilidad!
Pero no sólo en estos temas existe incongruencia argumental en las declaraciones de Feijóo. Cuando censura duramente la política económica del gobierno sería bueno que recordase lo que hizo su maestro M. Rajoy, que fue recortar bruscamente derechos sociales y económicos a los sectores más vulnerables: subidas desproporcionadas del IVA y otros impuestos indirectos que gravan el consumo, suprimió drásticamente en las ofertas de empleo público plazas de funcionarios públicos, maestros, médicos o miembros de las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado, redujo vacaciones, días de asuntos particulares y permisos a los funcionarios públicos y empeoró notablemente las condiciones laborales de los trabajadores con una reforma laboral indigna que fomentó los contratos basura, temporales y muy mal pagados. En cambio, mejoró sustancialmente a las grandes empresas y bancos. Es decir, mientras que a los sectores más humildes les quitó abrigo, alimento y dignidad, a los más poderosos les construyó gratis almenas y torreones más altos y resistentes para que vivieran con mayor comodidad en sus fortalezas y castillos.
Si así actúa el presidente del PP, ¿qué decir de sus barones territoriales? Este jueves se han reunido los presidentes de Galicia, Castilla y León y Andalucía con el presidente del gobierno con la finalidad, según ellos, de trabajar de forma más coordinada y eficiente contra los incendios forestales, que tanto han sacudido a estos territorios. Como sabemos, las competencias para la extinción de los incendios son de las Comunidades Autónomas. Algunas, como Castilla y León, tienen una dotación muy pobre de recursos, tanto en medios personales como materiales y esta escasez ha sido, en parte, la causa de que se hayan calcinado tantos miles de hectáreas en las provincias de Zamora y Salamanca. Lo han manifestado hasta los propios trabajadores de las cuadrillas de extinción de incendios, que realizan sus funciones en la más absoluta indigencia, no les preparan adecuadamente y no les suministran la alimentación suficiente. En cambio, otras regiones como Castilla La Mancha tienen una dotación mucho mayor y las condiciones laborales son infinitamente mejores, lo que se ha traducido en la práctica inexistencia de incendios forestales en esa región durante el presente año.
De la reunión mantenida resultan inconcebibles algunas declaraciones, que desmontaré argumentalmente. El sucesor de Feijóo en Galicia dice que hay que sacar de la confrontación política los incendios forestales. O sea, que algo que afecta a la gestión de las políticas públicas, en este caso las medioambientales, hay que sacarlo de la crítica política y, en cambio, el terrorismo de ETA sí tiene que utilizarse políticamente para desgastar de manera inmisericorde al gobierno actual, cuando ETA dejó de matar y desapareció hace más de una década y, precisamente, cuando había un gobierno del mismo color político que el actual al que se quiere atacar sin piedad con este asunto.
Mañueco, el presidente de Castilla y León, por su parte, solicitó al presidente del gobierno que se dediquen más esfuerzos a la persecución, captura y procesamiento de quienes, de manera imprudente o intencionada, provoquen los incendios. Es decir, en Román Paladino, que haya más guardias civiles, policías y jueces. Olvida Mañueco que durante el gobierno de M. Rajoy se recortaron drásticamente plazas de jueces, de policías y de guardias civiles y la única política penal que defendieron a capa y espada fue el incremento desproporcionado de las penas para ciertos delitos en las reformas del Código Penal, cuando sabemos que son mucho más efectivas las políticas de prevención del delito teniendo más agentes de orden público y jueces, que incrementando las penas. Saben que ésta última es menos efectiva, aunque lo callan, pero, en cambio, gana más votos en las confrontaciones electorales y eso es lo único que les importa, para acceder al poder, que creen que les corresponde sólo a ellos por casta y por tradición.
Estas son las lindezas que utilizan los máximos responsables del PP y los gobernantes de esta formación allí donde tienen encomendada esta función. ¡Alucinante!