OPINIóN
Actualizado 23/07/2022 10:50:28
José Fermín Rozas

Este verano, con lo caluroso que está siendo, posiblemente sea de los más frescos que nos queda de vida...

Fernando Vallada, ecólogo del CSIC en el Telediario de La 1 el 18 de julio.

Últimamente nos hemos fijado en los árboles, y su facilidad para desaparecer de repente gracias al “cariño” municipal (y de alguna otra institución). Siempre acompañados de la coletilla de plantaremos más. Luego verlos no suele ser tan habitual, y cuando se plantan tardaran años en convertirse en lo más necesario: adultos.

Inmersos en otra ola de calor no es raro pensar en las zonas verdes de la ciudad. Es innegable su aumento los últimos años, en algún caso incluso transmutada en poco tiempo en espacios atractivos como el parque de Miguel Delibes junto al Arrabal. Otros nuevos espacios lucen su verde desnudez con vocación duradera, y algún clásico va perdiendo arbolado. También hay multitud de plazas y jardines en situaciones muy diversas, con casos donde encontrar un árbol es complicado. Y nuevos proyectos de reurbanización donde solo se incluye alguna maceta grande o aspiraciones a gran matorral.

Urbanistas preocupados por la calidad de vida urbana nos recuerdan la moda de las plazas duras. Incluso se analiza el impacto de la zona urbanizada, existe un inventario global de la distribución espacial y la densidad del área de superficie impermeable construida. Incluye carreteras, aparcamientos (reciente moda salmantina), edificios y otras superficies artificiales. Hay un índice por persona y España (178’2 m2) no es precisamente un gran ejemplo, (Mundo 93, EEUU 296’8, Alemania 103’1) aunque hay de todo. Las ciudades se convierten en islas de calor por la falta de vegetación, árboles y sombra, y la imposible infiltración de agua.

Hace un mes el municipal Life Vía de la Plata (confiemos algún día sea tangible), y recogido en el municipal Savia, publicaba en sus redes sociales unas mediciones de temperatura. Lo hacía junto a un árbol y lejos de él en las Plazas de Colón y de Poeta Iglesias, con diferencias de temperatura notables. Desconozco cuantas evidencias se necesitan para tomarse en serio de verdad el Cambio Climático y sus graves efectos, pero arbolar Salamanca ayudaría mucho a enfrentarlo. Cuidar lo que hay, reponer lo desaparecido y sustituir de forma ordenada, estaría bien. Poner nuevos árboles en viejos y nuevos espacios, y hay muchos, debería ser una prioridad sin dilación, junto a reducir el uso de vehículos motorizados. Resulta cansino recordar continuamente la necesidad de pasar de las palabras a hechos palpables.

Por último, me ha llamado la atención la sorprendente reacción a la no consecución del Centro Nacional de Neurotecnología para Salamanca, tras la supuesta iniciativa gubernamental de descentralizar Madrid. Según las previsiones del ganador, la Universidad Autónoma de Madrid, generará unos 100 millones de euros en iniciativas investigadoras y 30 millones por transferencia de conocimiento, propiciando la contratación de más de 250 investigadores. A pesar de ello será irrelevante en Madrid, si bien su gobierno aporte 80 millones en 15 años. Pero ¿dónde estaba el proyecto de nuestra competente Junta?, ¿las tibias protestas quizás esconden su presentación fuera de plazo?.

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