OPINIóN
Actualizado 15/07/2022 16:03:28
Juan Robles

Hace un mes pasábamos una ola de calor que nos parecía, y de hecho era, impropia del mes de junio. Pensábamos, como solemos hacer de inmediato, que era un claro signo del cambio climático. Los días pasaron y volvíamos a la normalidad.

Y ahora estamos de nuevo en una honda ola de calor que, si bien suele ser propia del mes de julio, nos da la impresión de que estamos pasando de castaño oscuro. En el norte de España vamos más allá de los 42 grados centígrados, e incluso por la noche no vemos a las temperaturas bajar de los 20 grados, lo cual hace prácticamente imposible dormir. Y parece que esta situación durará al menos una semana.

Y esta situación del cambio biológico se agrava con la práctica generalizada del contagio del virus derivado del covid-19 y de sus sucesivas transformaciones. El virus se contagia actualmente con la mayor facilidad. Y, además, tenemos constancia de que cuando entra en una casa o en un grupo de convivencia, poco a poco, el contagio recorre automáticamente y en poco tiempo a todos los miembros de esa comunidad. Aunque, gracias a Dios, parece que la virulencia es menor que con otras oleadas anteriores. Aunque el malestar consecuente y, en algunos casos, el sufrimiento con el que se muestran algunas derivaciones del virus, exija el internamiento hospitalario, sobre todo para los mayores, aunque gracias a Dios normalmente no se termine con la muerte.

Y este contagio abrasador se difunde, más o menos, con las mismas muestras imparables de los fuegos que estamos experimentando en estos días, incluso en el estrecho marco de nuestra comunidad autonómica de Castilla y León.

Destacamos los fenómenos más notables de las últimas fechas. El primer gran incendio ha sido el de la Sierra de la Culebra en la provincia de Zamora. Tras la tragedia sufrida en estas tierras, sólo cabe reconstruir y rectificar, asegura La Opinión de Zamora, que califica el episodio como “el mayor desastre medioambiental del siglo en España”.

En estos días, la atención se centra en el fuego incontrolado de Las Hurdes, que arrasa ya 2.500 hectáreas en Cáceres, y otras cien en Castilla y León. Según el Mundo, la ola de calor ha alcanzado ya su punto máximo, pero se mantendrá hasta el domingo.

La Junta de Castilla y León informa de seis fuegos en la provincia de Salamanca, los más graves en Candelario y Monsagro, lugar éste que ha tenido que ser evacuado, llevando a sus habitantes a Ciudad Rodrigo, donde los evacuados permanecen en casas de familiares, o en un Centro de Acogida de Castilla y León.

El fuego se inició en la zona de las Hurdes (Cáceres) y, desde allí, se ha extendido hasta Monsagro y La Alberca. Los frailes carmelitas del Monasterio de Las Batuecas se han trasladado precisamente a La Alberca.

En torno a ocho incendios han estado activos en CyL, seis de ellos en Salamanca --dos en nivel uno-- y el resto en Zamora. Notables han sido también los de Candelario y Cepeda, ambos en nivel uno. En Candelario estuvo desplegado un operativo formado por un agente medioambiental, dos helicópteros, dos brigadas helitransportadas, una autobomba y una cuadrilla de tierra.

Por coronavirus o por incendios, seguimos abrasados todos en nuestra zona de Salamanca.

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