Los ingredientes básicos de la alimentación pastoril no sólo tienen el valor que les da una tradición acuñada a través de cinco mil años de historia, sino que, misteriosamente, su composición concuerda casi por completo con la proporción aúrea que según los más eminentes bromatólogos y especialistas en bioquímica y nutrición, debe conformar la dieta humana a todas las edades: un 10% de proteínas, un 30% de grasa y un 60% de hidratos de carbono. Porque los pastores han sabido añadir al pan y al aceite una serie de alimentos que suplieron sus posibles carencias vitamínicas o nutritivas y redondearon los beneficios de su dieta.
Foto: Prioro (Leon) Santiago Bayon Vera