DE LA CONTRARIEDAD DE NO HABER SIDO, NI SIQUIERA POR ERROR, INVITADO EN MADRID A LA CENA DEL 29 DE JUNIO DEL AÑO VEINTIDÓS, LA NOCHE DE LOS GENERALES.
A modo de huera reconvención.
lucieron con soberbia
las galas más galanas se pasearon
por la finca de mármol velazqueña
y vendieron la paz como pimientos
en las galas de noche negociaron
destructores cañones porcentajes de muertos
por detener al oso te juraban
que seriamente amenazaba las vidrieras los atrios
nuestro modo de vida que era
para ellos el salón de las meninas
perfecta madriguera de sus bombas
la morada del miedo el rincón de la muerte
para nosotros en la calle de la calle
era pronombre suyo adjetivo de ellos
lo que transparentaba cosa cierta
y nosotros cerrábamos la boca
para tomar el aire de seguir existiendo
y abrir de nuevo rábulas del desencanto
las fauces a las colas las limosnas
del hambre de mil años la miseria
y las renunciaciones
y no cruzar la calle con bandera y cenizas
y tragarnos su ucrania sus ardores su asfixia
sus codiciosas cifras que dibujan el mundo
a medida del hambre
sus sesiones sus cumbres sus posados de topo
y sus propagaciones
y poco a mucho ya no fueron pimientos
ni la podrida sopa de la desesperanza
ni siquiera su pan de la vergüenza
ya no fueron los cuerpos amontonados
ni el hedor del insulto
sino modos de vida sueldos puestos estancias
de ellos
suyos de ellos
hijos de sus papás con despacho y cristales
y guiones y banderas y desprecios y espaldas
que telefoneaban tu miseria y la mía
no abortes contamina sé cual todos incierto
que cambiaban de noche como cromos
en las cenas galanas los vestidos las modas
los aviones y sus rapsodas de poesía disfrazada
de pasearse de popes de caudillos
por las fuentes sin agua de la impúdica verdad
del incesante sol de la desgana
mientras nosotros norte ni sabemos
que el sur avanza y sube o descendemos
quién sabe dónde habrán la rosa de los vientos
hasta formar la masa de burlados
de bobos clases medias que nos llaman
y sonrisa feliz y virgencita
que vengan cumbres miren las meninas
el picasso a deshora la placenta
de la resignación
que posen con mil dientes en perfecta armonía
alineadamente cebo de sonrisa
con mil armanis fotos y bases y misiles
ministros secretarios responsables ujieres
del señor de la guerra
contra el puto putin desmesurado
la perfecta coartada de la gran escalera
se lleve él las collejas y podamos odiarlo
y sentarnos sin duda al resol de los buenos
en lugar de zafarnos de esta manga
de guerreadores patrios de salón y concierto
acobardando el sueño cual si fuese la vida
como una comunión de todos ellos
en el cuerpo incorrupto de la guerra
amenes impolutos todos llenos de gracia
tragárselos cual hostia en la misa de doce
en el nombre de dios la viva democracia
y la quietud de un alma que no existe
asomando al salón repleto de maquetas
acérqueme le ruego majestad las mordazas
y déjeme el crisol de los supervivientes
que van a aparecer quién sabe dónde.