OPINIóN
Actualizado 27/06/2022 09:23:39
María Jesús Sánchez Oliva

Los trabajadores ya no son trabajadores como los servicios necesitan que sean, son trabajadores de usar y tirar, como las cosas, como los objetos, como lo que da igual que igual da porque cuesta poco.

Las olas de calor: un problema de siempre

La ola de calor que generalmente nos visita a finales de junio, este año se adelantó y llegó a principios, y como era de esperar empezaron los incendios. Esto no es nada nuevo por mucho que se empeñen en acusar de ellos al tan traído y llevado cambio climático, ocurre desde que el mundo es mundo, y nuestros abuelos, nuestros padres incluso, nuestros mayores tuvieron que apagar muchos todos los veranos, y si las consecuencias no eran tan graves como son hoy para las personas, para los animales, para las cosechas, era porque se pasaban el año quitando zarzas, retamas, escobas, bichos y malas hierbas, que en el campo no todo es verde y saludable. Lo que sí es nuevo y tiene toda la pinta de convertirse en eterno es que nuestros campos estén dejados de la mano de los políticos, que ni se ocupan de tener personal que los limpie, ni permiten que los pocos vecinos que pueden hacerlo lo hagan.

Zamora: un infierno en la tierra

Este año han sido varios pueblos de la sierra zamorana de la Culebra los que han dejado de ser olvidados para ser calcinados debido al terrible incendio provocado por los rayos de una tormenta. ¡Menos mal que en esta ocasión ni se han molestado en buscar culpables! El año pasado fueron varios pueblos de la provincia de Ávila que tardarán generaciones en volver a ser lo que eran, si es que lo consiguen, que no es fácil, y no parece que la Junta de Castilla y León aprendiera la lección y tomara medidas para evitar incendios y minimizar los daños. Si los abulenses se encontraron con que ni había bomberos ni medios suficientes para extinguir el incendio lo antes posible, los zamoranos y todos los ciudadanos nos hemos enterado que los bomberos forestales contratados para la temporada de calor no tenían que incorporarse hasta el 1 de julio, porque solo se los contrata cuando huele a quemado, cuando pueden evitarlos, los mandan al paro. Y con toda la razón del mundo se han manifestado en Valladolid: no quieren ser trabajadores de usar y tirar, y ni los habitantes de los pueblos quieren que lo sigan siendo.

Falta de personal: el más viejo de los problemas autonómicos

Para el presidente Mañueco es un gasto inútil tener en activo tantos bomberos forestales cuando no hay riesgo de que ardan los campos. Seguramente por su atrofiado sentido del ahorro el virus nos pilló sin médicos, sin enfermeras, sin camas, sin mascarillas, sin medicinas, sin equipos de protección… Seguramente por su equivocado sentido del ahorro los comienzos del curso escolar nos pillan todos los años sin maestros suficientes, con aulas abarrotadas… Seguramente por su erróneo sentido del ahorro hasta conseguir una cita o resolver algo en los servicios de atención al público es poco menos que imposible. Esperemos que no sueñe que los hartos ciudadanos de la comunidad vamos a agradecerle que administre nuestro dinero haciendo trabajadores de usar y tirar, y entienda, ya es hora después de tantos años, que lo que realmente nos indigna es tener que pagarles un grueso sueldo a tantos políticos por estar 14 días de campaña electoral, 3 años y medio de precampaña y un día de reflexión que, en lugar de a reflexionar, lo dedican a recuperar fuerzas, porque estamos de acuerdo: complicarles la vida a los ciudadanos, cansa más que arreglársela, pero esto se lo buscan ellos.

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