La celebración de San Juan reúne a cientos de jóvenes y mayores para disfrutar de sus fiestas
Las calles de Robleda rompen por estos días el silencio que durante el invierno mantienen, llenándose estas de colorido y alboroto que jóvenes y no tan jóvenes aportan a las fiestas.
Son numerosos los oriundos de la zona y forasteros que se acercan a esta localidad de El Rebollar para disfrutar de la hospitalidad que caracteriza a los lugareños.
Las fiestas de San Juan dieron comienzo el pasado viernes con la izada de un enorme pino de no menos de 25 metros de altura, que será testigo hasta pasado el verano de lo que allí aconteció durante este fin de semana.
La tarde sabatina acogió una entretenida capea de vaquillas por las calles robledanas, a la que asistieron numerosas personas aficionadas a este tipo de festejos.
Las calles se encontraban muy animadas llenas de juventud, disfrutando de una soleada tarde con una temperatura agradable que hacía más amena la estancia.
Los valientes mozos llamaban la atención de la vaca para que saliera tras ellos, logrando en alguna ocasión la res alcanzar a este, sin tener grabes consecuencias para el mozo aprehendido.
Tras la capea y cena, una discoteca móvil a cargo del grupo Samuray amenizó la noche del sábado, siendo de nuevo partícipes los más jóvenes del lugar.
La jornada dominical terminará con una paella popular para todos los lugareños y acompañantes durante las fiestas de San Juan.