OPINIóN
Actualizado 22/06/2022 08:55:26
Juan Antonio Mateos Pérez

“Una relación amorosa siempre instruye sobre el sentido de la existencia”

SØREN KIERKEGAARD

“Aunque la vida pueda comprenderse mirando hacia atrás, debe vivirse hacia delante”.

SØREN KIERKEGAARD

Pocos placeres como la lectura en verano, bien sea en la playa, montaña o incluso en tu propia casa. Leer un buen libro es una aventura interminable. Pero, el lenguaje no es nuestra patria, venimos del silencio. En estos tiempos tan difíciles, el libro encarna la diversidad del género humano. Leer no es acumular datos, sino interpretar la realidad y todos aquellos mundos posibles que nos puedan interpelar y dar sentido a nuestra existencia. Por ello este libro es muy apropiado para saborearlo en cualquier momento, para adentrarnos en su realidad interior y descubrir nuestra propia vida.

No es fácil hablar sobre el padre del existencialismo moderno, uno de los filósofos más desafiantes, ya que creará un nuevo estilo de hacer filosofía, hundiendo sus raíces en la profundidad del drama humano. Un experto en el amor y el sufrimiento, en el sentido y la angustia, en el coraje y la desesperación. Por ello quisiéramos recomendar como lectura de verano, el libro de Clare Carlisle, El filósofo del corazón. La inquieta vida de Søren Kierkegaard. Una biografía del pensador al alcance de todos los lectores, ya que la autora rescata al filósofo del ámbito especializado, desentrañando la actualidad del pensador y devolviéndole a la vida.

Kierkegaard, como cualquier otro pensador, buscará esforzarse para dar sentido a la existencia humana. El filósofo que estudiará en el seminario, no solo asimilará la tradición intelectual de la Biblia, también del pensamiento griego, los padres de la Iglesia, la mística medieval, así como las filosofías de la modernidad de Descartes, Spinoza, Leibniz, Kant, Schelling y Hegel, canalizando todo este legado durante tres convulsas décadas. La escritura se convertirá en el tejido que dará sentido a su existencia, no solo en libros, también en periódicos y revistas, siempre desgarrado por la dicha de escribir y la angustia de publicar.

El pensador criticará los excesos abstractos de la filosofía de su época, aclarando el lenguaje, con una religiosidad desafiante, pero agarrado a la vida. Su misión es aclarar quienes somos y cómo hemos de vivir. La autora sigue las líneas borrosas y fluidas de la vida y la escritura del pensador, iluminando su pensamiento y dando forma al libro que estamos recomendando. Lo divide en tres partes: mayo de 1843, el viaje de vuelta; La vida comprendida al mirar atrás y la vida vivida hacia adelante.

En la primera parte, Kierkegaard está en plena escritura de su obra Temor y temblor, un libro inacabado sobre la historia de Abraham y su hijo Isaac. El pensador recrea con su imaginación y de forma muy poética la vida interior de Abraham, el misterio y la oscuridad le fascinan, extrayendo el sentido de su caminar al monte Moriah. A pesar que el libro alcanzó un gran éxito editorial y todavía lo tiene, escribiendo con una gran profundidad espiritual y originalidad, el pensador atravesó un periodo de desesperación que él interpretó como una educación espiritual.

En la segunda parte, la autora nos sitúa en el año 1848, en ese momento el autor contempla su vida y su obra, respondiendo a la cuestión existencial de otra manera. El autor tenía una fuerte conciencia de la muerte, una muerte cercana y desde ella, buscará dar sentido y cumplimiento a su obra. La angustia, la existencia, el amor, el hombre de carne y hueso, la esperanza, la muerte, Dios y la libertad son, quizás, los núcleos temáticos más identificables en la copiosa producción del escritor danés. En ese laberinto temático, los temas están relacionados entre sí en toda su obra, no se puede hablar de libertad sin referirse a Dios, como tampoco puede resolverse el problema de la existencia sin hablar de la muerte.

En la tercera y última parte del libro, “La vida vivida hacia adelante”, la autora acompaña a Kierkegaard en su batalla con el mundo, una batalla que termina con su propia muerte. Si sus obras ofrecen grandes expectativas a sus lectores, discursos religiosos llenos de poesía, pero en sus diarios aparece su verdadero yo, dando rienda suelta a sus mezquindades, resentimientos y orgullos. La pensadora lo justifica y compara su extraordinaria capacidad para evocar la bondad, la pureza y la paz que anhelaba y se reflejaba en sus obras, inseparables de las tempestades que bramaban y se retorcían en su interior. Todo ello conectaba con su alma ya que sabía muy bien que le faltaba. Como todo ser humano, su vida era una mezcla de sentimientos frágiles y limitados, con otros verdaderamente profundos y, ambos le reclamaban con la misma intensidad.

Otra de las dificultades al iniciarnos en el pensamiento de Kierkegaard, son sus numerosos pseudónimos, cada uno de ellos representa un talante existencial, bien sea el estético, el ético o el religioso, esos tres estadios que comporta la filosofía del pensador danés. Vigilius Haufniensis, Johannes de Silentio, Víctor Eremita, Constantino Constantius, Climacus y Anticlimacus son los nudos más sólidos de esta construcción única en el campo de la filosofía occidental (Francesc Torralba). El pensador danés se protege en esta maraña de máscaras, creando paradojas y laberintos donde es fácil perderse en ese juego sutil entre el autor y el lector que como un susurro establece una extraña complicidad.

Kierkegaard fallece un 11 de noviembre, día de la festividad de San Martín, poco después de la puesta de sol. Durante toda su vida, lidió con la cuestión existencial de cómo ser humano en el mundo. Para él, para sus contemporáneos y también para nosotros, detrás de la pregunta por la existencia, surgen otras: ¿qué les sucede a los seres humanos al morir? ¿Es esta vida una etapa en nuestro viaje a la eternidad? ¿se acaba con la muerte y no existe nada más? ¿Dios nos espera al final de todo?

Posiblemente el lector se encontrará con una de las mejores biografías sobre el pensador, Clare Carlisle entabla una relación estrechísima con su biografiado. Como ha entendido muy bien la autora, la vida de Kierkegaard no puede separarse de su obra. Por ello El filósofo del corazón, no solo es una buena manera de entender la vida del pensador, también su pensamiento. Como hemos comentado, nuevo modo de filosofar y de entender el mundo, no partía de abstracciones, se anclaban en su propia vida como modo de aprendizaje. Por ello es un buen modo de iniciarnos en la preciosa tarea de hacer filosofía.

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