OPINIóN
Actualizado 21/06/2022 09:40:27
Jesús Garrote

Allá por 1985 yo era responsable de la rama pioneros del grupo scout del colegio Calasanz. Ya con dieciséis era responsable con los rangers.

Recuerdo una bonita época de sueños y aventuras. El escultismo nos enseñaba a dar responsabilidades a los niños desde muy pequeños. Tenían un rol en la manada o la tropa. Ya se exploraban sus inteligencias múltiples y sus talentos poniéndolos al servicio del grupo.

El escultismo fue fundado por Baden Powell después de su experiencia en la isla de Mafeking en la guerra de los boers en Sudáfrica.

En nuestro caso salíamos a disfrutar de la naturaleza. Largas marchas por la montaña, trabajos de servicio a la comunidad voluntariamente, no porque nos mandara ningún juez. Recuerdo especialmente pintar el hogar cuna o acompañamiento a jóvenes de ASPACE. El aprendizaje servicio actual ya se utilizaba en el siglo XIX.

Los raid de supervivencia era otra actividad que los cincuentones de ahora no han olvidado. Por parejas o tríos tenían que hacer un recorrido de dos o tres días orientándose con un mapa y una brújula y buscándose la comida o encontrando algún pueblo y ayudar en las labores a algún paisano.

En mi caso era especialista en perder grupos grandes en la montaña. En Picos de Europa fue una bastante especial a punto de helicóptero. Qué fé la de aquellos padres.

Pero recuerdo que soñábamos con cambiar el mundo. El actual himno de los pioneros los escribimos nosotros. Aunque no ganamos el festival.

Entonces hablábamos que cuando fuéramos mayores cada uno desde su ámbito colaboraríamos para dejar el mundo un poco mejor de lo que lo hemos encontrado.

Y así ha sido, muchos actualmente seguimos en contacto colaborando en distintos proyectos sociales. Unos salvan vidas como médicos brillantes, otros comandantes del ejército, otros nos han rehabilitado después de un aneurisma, otros directores de colegios, otros justos empresarios. Todos amigos y siempre listos.

En los momentos difíciles están sin juicios, mil oportunidades para los talentos rotos. Familias enteras que surgieron desde entonces y aunque nuestras hijas no sean scout, algo les ha llegado por vena.

Ojalá los actuales grupos scout tengan la suerte de estar viviendo esas tardes de sábado interminables, con juegos y acciones, apoyos a estudio o con charlas de amores.

Gracias pioneros es un honor ser vuestro amigo por como cuidáis al que tenéis al lado.

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