Los niños y niñas arroparón a una comitiva que estuvo acompada por vecinos y familiares
Era un momento esperado y finalmente, tras dos años de obligado silencio tras la llegada de la pandemia, la procesión del Corpus ha podido volver a las calles de Cantalpino, evento que llevaba a sus vecinos a echarse a las calles para participar de ella.
Como manda la tradición, los niños y niñas que han tomado su Primera Comunión han podido disfrutar de un domingo especial, recorriendo el municipio entre un buen ambiente festivo y acompañados por sus familias.
Los pequeños han realizando su recorrido tirando pétalos de flores en cada uno de los altares que fueron instalados un años más por los vecinos en diferentes puntos del municipio.