OPINIóN
Actualizado 18/06/2022 16:46:58
Carlos Javier Salgado Fuentes

En el incendio de la sierra de la Culebra está ardiendo un valiosísimo tesoro natural, pero también el futuro de muchos vecinos, que ven como sus sueños se marchan con las columnas de humo que provocan las llamas

Estos días, las llamas están devorando un precioso entorno natural como la sierra de la Culebra, en nuestra provincia hermana de Zamora, donde la virulencia del fuego ha arrasado ya 20.000 hectáreas, en un entorno reconocido como espacio natural protegido LIC en la Red Natura 2000, dada su gran riqueza de fauna y flora.

Y es que el incendio de la Sierra de la Culebra está siendo una verdadera tragedia natural y humana, acabando con gran parte de los bosques de una sierra que, no hay que olvidar, es donde más población de ciervos y lobos hay de toda Europa occidental.

Desgraciadamente, este incendio no hace sino agravar la situación de comarcas como Aliste o la Tierra de Tábara, que vienen sufriendo una gran despoblación, y donde el turismo ligado al lobo y el ciervo, la caza o la micología, suponen algunos de los principales incentivos económicos que mantienen con vida la zona, junto a una ganadería que ha sabido adaptarse al lobo en este entorno, pero que ha perdido cabezas de ganado por decenas con el incendio.

Por otra parte, resulta especialmente doloroso pensar que el incendio hubiese podido ser mucho menos grave si la Junta de Castilla y León hubiese cumplido con sus obligaciones, pues ha habido y mucho de negligencia en su actuación.

En este aspecto, no hay que olvidar que, pese a las advertencias, la Junta no tomó medidas ante el alto riesgo de incendio que había advertido la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), sin haber adelantado la temporada de riesgo alto de incendios pese a la sequísima primavera que hemos tenido, hecho que le pidieron a la Junta sindicatos como CSIF, CCOO y UGT, que recordaban que la plantilla para luchar contra los incendios estaba al 25% de lo necesario en temporada de riesgo alto.

Pero la Junta hizo caso omiso, y la sierra de la Culebra está pagando las consecuencias, con un voraz incendio que ha calcinado ya 20.000 hectáreas, en el que se han tenido que desalojar 13 localidades, cortar carreteras, han fallecido abrasados decenas de animales,… Pero eso sí, no ha faltado Mañueco a ir a hacerse la foto, pese a que la inacción del gobierno que preside ha sido un agravante para el incendio.

Aunque lo que más me ha llamado la atención de Mañueco en su visita a la zona no ha sido que no haya dado explicaciones sobre las carencias y falta de medidas previas, denunciadas por los sindicatos o por partidos como UPL o PSOE, limitándose simplemente a prometer ayudas.

Lo que me ha resultado más llamativo es que, en una vuelta de tuerca al asunto, el presidente de la Junta haya declarado estar más orgulloso que nunca de la España autonómica porque al incendio han acudido a prestar ayuda medios de Extremadura, Galicia, Castilla-La Mancha o Madrid, lo que ha considerado un éxito de colaboración entre comunidades.

Sin embargo, la realidad va por otros derroteros, y es que la numerosa ayuda que ha tenido que recibir el incendio de la sierra de la Culebra desde otras comunidades es una muestra patente de que la comunidad de Castilla y León no ha cumplido con sus deberes, evidenciándose las denuncias de los sindicatos de que la Junta mantenía un operativo al 25% de lo necesario, pues aun movilizando medios de todas sus provincias (y sin tener otro gran incendio en la comunidad, que hubiese dificultado movilizar todos los medios de sus provincias), ha necesitado que cuatro comunidades más (además del Estado) pongan todos sus medios disponibles a disposición de la lucha contra el fuego en Zamora.

Por ello, ante la enorme tragedia ambiental y humana que está viviendo la provincia de Zamora, resulta especialmente triste ver que buena parte de los males se podían haber evitado de haberse hecho bien las cosas, de haber aprendido de otros incendios graves como los que hubo en La Cabrera o en la sierra de la Paramera. Aunque parece que pocas lecciones quisimos aprender de todo ello.

Entretanto, la sierra de la Culebra sigue viendo como arde su riqueza natural, como los sueños y el futuro de muchos de sus vecinos se marchan con las columnas de humo que provocan unas llamas que nos están dejando sin un gran tesoro natural.

Por todo ello, desde esta columna quiero aprovechar a mandar todo mi cariño y ánimo a los afectados por el incendio, y pedir que se depuren responsabilidades y tengamos la capacidad de aprender la lección para que, en el futuro, no se ignoren las advertencias y las consecuencias de los incendios sean las menores posibles, para evitar la destrucción de nuestro medio, y para evitar romper las vidas y el corazón de nuestra gente.

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