SOCIEDAD
Actualizado 17/06/2022 12:18:36
Vanesa Martins

En España se diagnostican más de 30.000 casos al año, una incidencia estimada de 73,1/100.000 habitantes/año, una cifra superior a la estimada para todo el continente europeo

El cáncer de próstata es el tumor maligno más frecuente en varones y constituye la segunda causa de mortalidad por cáncer en varones, por detrás del cáncer de pulmón y el cáncer colorrectal. Un tumor que con el paso de los años ha disminuido la tasa de mortalidad. “Debido a los avances en el diagnóstico y tratamiento de esta enfermedad se ha observado un descenso en las cifras de mortalidad, por lo que su prevalencia (número de casos acumulados) aumenta progresivamente, convirtiéndolo en un verdadero problema de salud pública”, explica la Doctora Rebeca Lozano, oncóloga del Complejo Asistencial Universitario de Salamanca (CAUSA).

Según los últimos datos de GLOBOCAN, “el cáncer de próstata supone el tumor maligno más frecuente en varones”. En España se diagnostican más de 30.000 casos al año, lo cual supone una incidencia estimada de 73,1/100.000 habitantes/año, una cifra superior a la estimada para todo el continente europeo.

La doctora Lozano explica que “la gran mayoría de casos se diagnostican en estadios localizados, pudiendo ser totalmente asintomáticos (se diagnostican por la determinación del antígeno prostático específico [PSA] en sangre) o bien pueden acompañarse de síntomas urinarios obstructivos (aumento de la frecuencia miccional, sobre todo nocturna; dificultad para orinar, etc.). Aunque hay que tener en cuenta que estos síntomas también pueden aparecer en entidades benignas, como la hiperplasia benigna de próstata”.

Se sabe que tener antecedentes familiares de cáncer próstata de primer grado incrementan el riesgo de padecer esta enfermedad (aproximadamente el doble de riesgo que la población general). “Alrededor de un 12% de los pacientes con cáncer de próstata avanzado tienen mutaciones en línea germinal (hereditarias) en genes de predisposición al cáncer, siendo el gen más frecuentemente alterado el BRCA2”. En este sentido, “estudios recientes han demostrado que no existen grandes diferencias en la edad de diagnóstico entre pacientes portadores de esta mutación y no portadores”.

Durante los últimos años se han producido importantes avances para tratar este tumor. “Destacaría los avances acontecidos en el tratamiento de los pacientes con cáncer de próstata avanzado. Hasta no hace muchos años, las opciones de tratamiento para estos pacientes eran más bien escasas. Sin embargo, actualmente disponemos de diferentes posibilidades (agentes hormonales, quimioterapia, radiofármacos, etc.); todas ellas con beneficio demostrado en la supervivencia y calidad de vida de estos pacientes. Otro de los grandes avances a destacar de los últimos años se centra en la posibilidad de tratar a un determinado grupo de pacientes con particular mal pronóstico (aquellos portadores de mutaciones en genes relacionados con la reparación del ADN, que pueden suponer hasta un 25-30% de los pacientes con cáncer de próstata resistente a castración) con inhibidores de PARP, una terapia “dirigida” para este subgrupo de pacientes.”, explica la doctora.

Varones de edad avanzada, los más propensos

Existen una serie de factores que influyen en el desarrollo de este tipo de cáncer. “En el cáncer de próstata, al igual que en la gran mayoría de los tumores, el principal factor de riesgo es la edad. Es una enfermedad que se desarrolla fundamentalmente en varones de edad avanzada, ya que la edad media de diagnóstico suele estar en torno a los 75 años. Existen otros factores de riesgo, como la presencia de antecedentes familiares de primer grado.”.

Este tipo de cáncer no impide que las personas que lo padecen vean significativamente alterado su modo de vida. “Actualmente disponemos de tratamientos para el cáncer de próstata avanzado cuyo objetivo principal es aumentar la supervivencia de los pacientes, manteniendo al mismo tiempo una buena calidad de vida. Hay excepciones, pero en la gran mayoría de casos los pacientes llevan a cabo una “vida normal”. Incluso, en algunas ocasiones, cuando los pacientes presentan síntomas derivados de su enfermedad, con el tratamiento llegamos a minimizarlos, con el consiguiente impacto positivo en su calidad de vida”.

Se recomienda cribados solamente en pacientes de riesgo

"Un diagnóstico precoz equivale a detectar la enfermedad en etapas más tempranas, y por lo tanto, con mayores opciones de curación". Sin embargo, “en el cáncer de próstata hay que tener cierta precaución para evitar un sobrediagnóstico con el consiguiente posible sobretratamiento y deterioro en la calidad de vida. El objetivo de realizar cribados poblacionales es reducir la mortalidad”. Sin embargo, diferentes estudios han demostrado que realizar screening “masivo” de PSA a toda la población no implica beneficio en la supervivencia cáncer-específica de estos pacientes. Actualmente las principales guías clínicas recomiendan realizar este cribado solamente en pacientes de riesgo.

En el Complejo Asistencial Universitario de Salamanca se diagnostican “muchos casos al año, la gran mayoría en estadios localizados, que son manejados principalmente por los Servicios de Urología y/o Oncología Radioterapia”, explica la doctora. “Nosotros (Oncología Médica) recibimos aquellos pacientes con estadios más avanzados (unos 30-40 al año) en los cuales se intenta siempre llevar a cabo un manejo multidisciplinar a través del Comité de Tumores, donde participamos oncólogos médicos, oncólogos de radioterapia, urólogos, radiólogos, médicos nucleares y patólogos”.

El pasado mes de mayo la revista online BMJ Open publicó un estudio que sugiere que los hombres que padecen cáncer de próstata tienen un 50% más de riesgo de desarrollar coágulos sanguíneos graves y potencialmente mortales durante los cinco años posteriores a su diagnóstico. “Desde hace mucho tiempo sabemos que los pacientes con cáncer avanzado tienen mayor riesgo de desarrollar eventos tromboembólicos (coágulos sanguíneos) con respecto a la población general. En este estudio llevado a cabo en población sueca se confirma este hecho. Cabe destacar que se han analizado un gran número de pacientes (más de 90.000 con cáncer de próstata) con una mediana de casi 5 años de seguimiento. Sin embargo, tiene algunas limitaciones, ya que se trata de una población muy heterogénea, incluyendo pacientes con enfermedad avanzada y pacientes con enfermedad localizada. No se aporta información sobre si ese aumento de eventos tromboembólicos acontece más en la población con enfermedad avanzada (algo que ya conocemos, como he comentado previamente) o localizada. Tampoco se analizaron otros posibles factores de riesgo asociados a este tipo de eventos tromboembólicos, como son el peso, el sedentarismo o la realización de cirugías recientes. En general, aunque aporta una información interesante, creo que los resultados deben ser analizados con cautela debido a las limitaciones inherentes a un estudio retrospectivo de estas características”.

El cáncer de próstata puede reproducir en el paciente otras enfermedades. “En la práctica totalidad de los casos, los pacientes con enfermedad avanzada reciben tratamientos dirigidos a suprimir los niveles de testosterona, ya que es “la gasolina que alimenta el tumor”. Esto, a largo plazo, conlleva un mayor riesgo de desarrollar eventos cardiovasculares, o eventos relacionados con pérdida de masa ósea (osteoporosis)”.

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