Conciliar el sueño resulta complicado cuando el calor acompaña tanto el día como la noche, y descansar bien es clave para el funcionamiento mental, emocional y físico del organismo
La primera ola de calor de este año, con temperaturas entre 7 y 12 grados centígrados por encima de los valores habituales para estas fechas en buena parte de la península, incluida Castilla y León, ha venido acompañada también de noches tórridas en las que el termómetro se resiste a bajar. Noches calurosas que impiden conciliar el sueño y, por tanto, interfieren en el descanso. ¿Cómo afecta a nuestra salud?
Las altas temperaturas nocturnas pueden producir estrés térmico prolongado, lo que se ve agravado al impedir que el cuerpo humano descanse durante la noche. Y descansar bien es clave para el funcionamiento mental, emocional y físico del organismo. Así, entre otros efectos, dormir mal durante la noche causa fatiga, somnolencia diurna, problemas de concentración, irritabilidad y ansiedad.
Un estudio internacional realizado en localidades del sur de España, coordinado por la Universidad de Santiago de Compostela y publicado en la revista científica Epidemiology, ya advirtió que el calor nocturno excesivo -temperaturas superiores a los 20 grados- constituye un factor de riesgo para nuestra salud, en concreto, es una causa directa de mortalidad.
“Acostarse a tan altas temperaturas tiene efectos muy nocivos para la salud”, porque producen un “estrés térmico prolongado'', al impedir que el cuerpo descanse y se recupere del estrés térmico sufrido por el día. Para entrar en la fase de sueño profundo, el cuerpo necesita bajar el pulso, pero no puede hacerlo porque está trabajando para bajar su temperatura ”.