Tras desmontarse su parte metálica en 1958, hoy del puente de la Salud apenas perviven las pilastras de piedra sobre el Tormes y los arranques de ambas orillas, recuerdos de una etapa de nuestra historia ferroviaria.
Seguramente, al atravesar el río Tormes por la A-62 en sentido suroeste (al oeste de la ciudad de Salamanca), a muchos usuarios de dicha autovía les llamarán la atención las pilastras de piedra que asoman en el cauce del río, así como dos salientes que se yerguen a cada lado de la orilla.
En este caso, las piedras son testigos de la historia ferroviaria de nuestra provincia, pues en ese enclave se hallaba antiguamente el puente de la Salud, cuya imponente estructura de hierro se mantuvo en pie desde 1884 hasta 1958, estando en servicio dicho puente entre 1886 y 1954, en aquellos tiempos en que la línea férrea de Salamanca a Portugal discurría por esa zona.
La construcción del puente de la Salud (denominado inicialmente como Marín-Salud, por el nombre de los dos parajes que conectaba), comenzó en 1883, finalizando en septiembre de 1884, y si bien fue atribuido popularmente en Salamanca a Eiffel, en realidad este arquitecto no fue su autor, aunque las características del puente bebían de su escuela.
Con unas imponentes medidas de 207 metros de largo por 38 metros de altura, el puente se puso en marcha el 25 de mayo de 1886, cuando se inauguró la línea Salamanca-Vilar Formoso, que fue impulsada por la Compañía del Ferrocarril de Salamanca a la Frontera Portuguesa, empresa que contaba mayoritariamente con capital portugués (y especialmente de Oporto).
Sin embargo, la creación del puente de la Salud y el trazado de la vía por el oeste y norte de la ciudad de Salamanca creó cierta controversia en la capital provincial, pues diversas voces consideraban que la proyectada vía férrea de la Ruta de la Plata (Astorga-Monfragüe) no podría desviarse tan hacia el oeste para atravesar el Tormes y, por ello, deberían hacerse dos puentes de ferrocarril (de hecho, cuando en 1896 se inauguró dicha vía, esta cruzaba el Tormes por un nuevo puente, el de Pradillo, construido en 1891).
Y es que, por aquel entonces, el trazado de la vía férrea de Salamanca hacia Portugal era bien diferente al actual. Así, discurría por la actual avenida de Portugal de la ciudad de Salamanca (construida posteriormente sobre esta parte del trazado ya cerrado de la vía férrea). De hecho, actualmente sobre el parking de dicha avenida, cerca del cruce con el paseo de Torres Villarroel, la mediana que divide los dos sentidos de la calzada posee un par de elementos ferroviarios, que no están ahí por casualidad, sino como conmemoración del antiguo paso de la vía férrea por una avenida de Portugal en la cual los peatones y los coches sustituyeron a los trenes hace décadas.
Por otro lado, en aquel trazado ferroviario cuando los trenes salvaban el Tormes por la Salud, se registró un grave accidente de tren el 8 de octubre de 1941, en el que fallecieron 12 personas y resultaron heridas más de una treintena. En ese caso, el tren ligero 404-504, que procedía de Ciudad Rodrigo con tres vagones de viajeros (dos de tercera clase y uno de primera), descarriló a apenas 1 kilómetro de la antigua estación de Tejares y el puente de la Salud, en una curva previa al acceso a ambas infraestructuras.
En este accidente, la peor parte de las consecuencias se las llevó la localidad de Boadilla (perteneciente al municipio de La Fuente de San Esteban), con varios vecinos fallecidos en el accidente, siendo el caso de un matrimonio, su hija y su sobrina (Andrés Bernal Sánchez, Otilia Sánchez García, Adelina Bernal Sánchez y Fe Alonso Sánchez). Asimismo, otras localidades de la provincia como Salamanca o Aldehuela de la Bóveda registraron víctimas mortales, así como El Cubo de Don Sancho, cuyo secretario municipal, Conrado Moro Moríñigo, que fue evacuado como herido crítico en un primer momento, acabó falleciendo a las pocas horas en el hospital provincial.
En todo caso, para entonces al ramal ferroviario de la Salud le quedaba poco más de una década en funcionamiento. Y es que, en 1954 este ramal cayó en desuso, tras ponerse en marcha la variante de la Serna, que conectaba al sur de Salamanca la vía férrea Salamanca-Vilar Formoso con la vía Ruta de la Plata procedente de Béjar y Plasencia, uniéndolas antes del puente de Pradillo, al sureste de la ciudad.
Curiosamente, en una suerte de ironía del destino, si el puente de la Salud fue abandonado para retrazar la línea Salamanca-Portugal y unirla con la Ruta de la Plata por el puente de Pradillo, hoy, tras el cierre del ferrocarril entre Astorga y Plasencia, dicho puente ha quedado para uso exclusivo de la línea Salamanca-Portugal, precisamente la que tuvo que abandonar parte de su trazado original.
No obstante, con el abandono del antiguo trazado por el paraje de la Salud se buscaba también romper con la limitación que suponía el antiguo trazado para el crecimiento por el norte de la ciudad de Salamanca. Y como consecuencia de este nuevo trazado de la vía Salamanca-Vilar Formoso, nació la actual estación de Tejares (que entonces aún era un municipio independiente de Salamanca).
De esta manera, además del antiguo puente de la Salud, se abandonó la antigua estación de Tejares, que se situaba pegada prácticamente a dicho puente en su acceso sur, fuera del núcleo de la villa de Tejares y junto a las casas de la Salud (paraje donde, dicho sea de paso, fue hallada hace siglos la talla de la Virgen de la Salud, patrona de Tejares). Una vieja estación de la que hoy solo pervive como vestigio una especie de depósito circular ubicado junto al desvío de la A-62 hacia Vitigudino y Cáceres.
En cuanto al otrora imponente puente de la Salud, de él apenas perviven las pilastras de piedra sobre el Tormes y los arranques de granito de ambas orillas, piedras que, por cierto, se trajeron desde Martinamor para la construcción del puente. Y es que, la estructura metálica que caracterizaba el puente, fue desmontada por Renfe entre los años 1957 y 1958, cerrando con ello una etapa de nuestra historia ferroviaria.