OPINIóN
Actualizado 09/05/2022 08:38:56
Jesús Garrote

Lo más difícil en la vida es ver sufrir a los que quieres. Cualquier dolor en las hijas es difícil de soportar. Por eso, he visto desesperación en muchos hijos y muchos padres.

Este fin de semana hemos estado en la boda de Rabat. Una chica árabe que estuvo en Santiago Uno como otros dos de sus hermanos. Son abogados y además de ganarse la vida, ayudan altruistamente a muchos inmigrantes o familias necesitadas.

Ha sido un orgullo estar acompañándola. Se necesita creer en los milagros para adivinar una trayectoria como la de estos hermanos que vinieron siete con su madre de treinta años.

Es un signo de esperanza para los que estamos al lado de los que sufren de injusticia y exclusión social.

Ayer oí una frase muy dura de alguien que decía acompañar a huérfanos de padres vivos.

Aunque digamos que el noventa y cinco por ciento de nuestros chicos se integran socialmente como ciudadanos de bien. Siempre hay temporalmente un cinco por ciento que se encuentran perdidos por las calles donde adultos se aprovechan de su vulnerabilidad. Mientras algunos opinadores minoritarios de prensa, que falta a los derechos del menor, los criminaliza a ellos.

Los menores tienen derecho a la protección de su privacidad sin que eso les exima de su responsabilidad judicial.

Hay temporadas con niñas fugadas, con otros con adicciones, etc. Esos momentos en que hacemos cuidados paliativos muy necesarios para demostrar en cariño incondicional y también la profesionalidad del no abandono.

Por eso en las asambleas de Santiago Uno me defino como el más fracasado de la casa porque cuando pierdes a uno, aunque sea temporalmente o no encuentras la estrategia que le sea útil, me duele la felicidad.

Por eso cuando dan la dirección de la calle Santiago Uno para identificar un supuesto delito, lo cometen ellos. Porque no se les ocurre dar la dirección del hijo del médico, del abogado o del político entre los que hay muchos que delinquen.

No somos cómplices de delitos, siempre nos educamos para curar heridas de cuna de las que no son culpables, intentamos que vuelen con el ala y el corazón dañado.

Han pasado por todo tipo de profesionales, psicólogos, psiquiatras, etc. Aquí seguiremos mientras nos dejéis dando segundas oportunidades.

Etiquetas

Leer comentarios
  1. >SALAMANCArtv AL DÍA - Noticias de Salamanca
  2. >Opinión
  3. >Las derrotas