Sus “etapas iniciales suelen cursar sin síntomas, o con síntomas muy leves que pasan desapercibidos”, dificultando su detección temprana, explica la Jefa del Servicio de Ginecología y Obstetricia del Complejo Asistencial Universitario de Salamanca
El cáncer de ovario representa “el 3% de los tumores en la mujer”. En España se estima que “en 2022 se habrán diagnosticado más de 3.600 nuevos casos”, siendo la quinta causa de muerte por cáncer entre las mujeres, tal y como explica la doctora Mª José Doyague Sánchez, Jefa del Servicio de Ginecología y Obstetricia del Complejo Asistencial Universitario de Salamanca, con la que hablamos coincidiendo que este mes de mayo se celebra el Día Mundial del Cáncer de Ovario, una fecha para visibilizar y concienciar sobre este tumor de difícil diagnóstico, ya que sus síntomas son inespecíficos y se confunden fácilmente con los de otras enfermedades de menor gravedad.
Esto, y la ausencia de métodos de detección precoz, están detrás del retraso en el diagnóstico de este tipo de cáncer. Es precisamente en el reto del diagnóstico en el que se centran los esfuerzos de los especialistas en oncología ginecológica para mejorar las cifras de supervivencia global. “Existe un vínculo tranquilizador entre el diagnóstico temprano de cáncer de ovario y una mejor supervivencia”, añadiendo que “el esfuerzo ha de centrarse en la identificación y selección del grupo de mujeres que presentan factores de riesgo”.
El cáncer de ovario, sin querer ser alarmistas, ¿puede considerarse actualmente como uno de los cánceres femeninos de peor pronóstico al ser más complicado detectarlo de manera temprana o los avances en el diagnóstico están cambiando esta percepción?
El cáncer de ovario es una enfermedad muy heterogénea que incluye diferentes tipos de tumores que pueden afectar al ovario, trompas de Falopio y peritoneo abdominal. Incluye tipos muy diferentes tumores en cuanto al pronóstico, evolución y tratamiento
La elevada mortalidad del cáncer de ovario se explica por dos razones: la ausencia de métodos de detección precoz (screening) que sean eficaces y estén validadas y la ausencia de síntomas específicos al inicio, lo que motiva que la mayoría de pacientes se presenten con enfermedad diseminada al diagnóstico (que es más difícil de curar)
Existe un vínculo tranquilizador entre el diagnóstico temprano de cáncer de ovario y una mejor supervivencia. No hay una manera simple, fiable y eficaz de detectar el cáncer de ovario en las mujeres que no presentan signos o síntomas, lo que retrasa aún más la capacidad de diagnóstico Los exámenes rutinarios (exploración, marcadores, ecografía) no reducen la mortalidad con ninguno de los abordajes. Arrojan resultados de falsos positivos y cirugías innecesarias.
El esfuerzo ha de centrarse en la identificación y selección del grupo de mujeres que presentan factores de riesgo. Los de mayor peso son el tener antecedentes familiares o haber padecido cáncer de mama, útero o colorrectal y las mutaciones nocivas heredadas en BRCA1, BRCA2 o en otros genes seleccionados de penetrancia alta.
Actuaciones preventivas generales como el control del peso, dieta, la lactancia, la gestación y en grupos seleccionados la toma de anticonceptivos, extirpación de trompas de Falopio y ovarios.
El desarrollo de nuevas estrategias en la detección temprana basadas en estudios de proteínas en sangre (proteómica), nuevas técnicas de imagen…
Pese a que los síntomas pueden ser menos específicos que en otros tipos de cánceres en la mujer, ¿qué molestias no debemos subestimar para poder detectarlo en fases tempranas?
Habitualmente las etapas iniciales del cáncer de ovario suelen cursar sin síntomas, o con síntomas muy leves que pasan desapercibidos y se confunden con procesos benignos, de manera que cuando causa síntomas ya suele estar diseminado.
Distensión abdominal progresiva, sensación de plenitud, molestias pélvicas – abdominales que persisten, pérdida de apetito, molestias al orinar y/o hacer deposición que persisten, sangrado vaginal inapropiado... Conocer el cuerpo y consultar si estos síntomas inespecíficos persisten.
¿Cuál es la prevalencia de este tipo de cáncer?
Globalmente representa el 3% de los tumores en la mujer. En España se estima que en 2022 se habrán diagnosticado más de 3.600 nuevos casos. El cáncer de ovario es la quinta causa de muerte por cáncer entre las mujeres tras el cáncer de mama, pulmón, colon y páncreas y la mayoría de estos casos son tumores de cáncer de ovario seroso de alto grado.
¿La edad puede considerarse un factor de riesgo?
En cuanto al perfil de las pacientes, este tipo de cáncer aparece con una mayor frecuencia en mujeres postmenopáusicas, con una máxima incidencia entre los 50 y 75 años (la media está alrededor de los 63 años).
¿Hacia dónde tiende el tratamiento de este tipo de cáncer, es decir, los avances que se están dando en este aspecto?
El diagnóstico temprano y el tratamiento están relacionados con una mejora de la supervivencia. Desafortunadamente, aproximadamente el 60% de los casos son diagnosticados en fase avanzada (estadio 3-4).
La supervivencia global del cáncer de ovario se aproxima al 50% (90-20%), sin embargo, varía en función de los distintos factores, siendo la extensión de la enfermedad al diagnóstico, uno de los de mayor impacto.
La planificación de la estrategia de tratamiento se realiza desde los Comités Multidisciplinares de Tumores que cuentan con el personal cualificado en el diagnóstico y tratamiento del cáncer de ovario.
El tratamiento del cáncer de ovario consiste en la extirpación quirúrgica completa de todo el tumor existente, visible. Lo que se conoce como Cirugía óptima, realizada por equipos quirúrgicos cualificados. Esta cirugía va seguida o antecedida, en la mayoría de las pacientes, por un tratamiento de Quimioterapia.
La llegada de la Medina de Precisión y la identificación de biomarcadores que permiten tratamientos dirigidos al permitir tomar decisiones terapéuticas en función de las características genómicas y moleculares de los pacientes y, en consecuencia, una mayor eficacia y menor toxicidad. Al tiempo que permite obtener información del pronóstico y de la respuesta al tratamiento.
Tratamientos antiangiogénicos, inhibidores del PARPP, inmunoterapia, ensayos clínicos con nuevos fármacos que exploran nuevos tratamientos o estrategias terapéuticas con el fin de aumentar las tasas de curación, el desarrollo de terapias génicas…. Entre los retos principales en el abordaje del cáncer de ovario se encuentran el desarrollo de estrategias de diagnóstico precoz y el establecimiento de subgrupos que puedan beneficiarse -o no- de una estrategia concreta.