OPINIóN
Actualizado 04/05/2022 08:48:09
Juan Antonio Mateos Pérez

Los recientes avances en la vigilancia, la inteligencia artificial y la recopilación de big data afectan al periodismo, la libertad de expresión y la privacidad;

UNESCO, DÍA MUNDIAL DE LA LIBERTAD DE PRENSA

La libertad es un hecho, y entre los hechos que se pueden constatar no hay otro que sea más evidente

HENRI BERGSON

La libertad forma parte de nuestra esencia humana y es la base de nuestra dignidad. La libertad es la condición necesaria para ser sujeto, liberando las propias cadenas internas que quitan protagonismo a la vida y así poder realizar el ideal que visualizamos como plenitud de lo humano. El ser humano no puede sustraerse a una cierta dependencia del mundo, de la historia, de la sociedad, de la educación, de la cultura. La búsqueda de la verdad es una pasión por la libertad y sus consecuencias. Aspirar a ella es ir hacia lo mejor de nosotros mismos y de lo que nos rodea.

Junto a la libertad ponemos la responsabilidad, no vivimos solos, pertenecemos a una sociedad, donde cualquier elección humana tiene consecuencias sobre el individuo y el resto de la sociedad. Por ello, la persona, más cuando se dedica a informar, tiene que ser libre, pero debe asumir la responsabilidad de sus propios actos y reconocerse autor de los mismos. La responsabilidad, no indica sólo una capacidad o un derecho fundamental, sino una situación personal de madurez que haga posible el ejercicio de esta capacidad y de este derecho. Nos recordaba X. Zubiri, que el significado más profundo de la libertad es el dominio sobre sí mismo y sobre la propia realización.

Por otra parte, el periodismo constituye uno de los protagonistas más relevantes de nuestras sociedades globalizadas, algunos lo consideran un contrapoder, por subrayar justamente la defensa de la ciudadanía y de una sociedad más justa. Ahí están también los interrogantes y límites del periodismo, por ello es necesaria una autorreflexión continua sobre su rol en la sociedad y su responsabilidad ética. El periodista, como cualquier persona, también es sujeto moral, no está libre de responsabilidad en su labor de búsqueda de la verdad y de informar. En esa labor deberá no solo ser eficaz, también subrayar el bien y la justicia y evitar el mal y la injusticia. Una prensa libre permite una opinión pública madura. Una prensa manipulada y manipuladora, pervierte su función y es uno de los mayores peligros para la democracia.

Toda esta reflexión inicial, quiere aterrizar en la libertad de prensa. El artículo 19 de la Declaración de Derechos Humanos afirma que, todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión. El Día Mundial de la Libertad de Prensa, es una oportunidad para analizar su situación en el mundo, defender a los medios contra cualquier atentado a su libertad y ejercicio de informar y debe ser un homenaje a todos aquellos que han dejado su vida para informar y contribuir a una sociedad más pacífica, justa e inclusiva.

El informe Freedom House 2022, señala que la autocracia está logrando avances contra la democracia y animando a más líderes a abandonar el camino democrático de seguridad y prosperidad. Los controles sobre el abuso de poder y las violaciones de los derechos humanos se han erosionado tanto en las naciones como en las organizaciones internacionales, lo que ha supuesto un duro golpe para los cimientos y la reputación de la democracia. Los regímenes autoritarios en China, Rusia y otros lugares han ganado mayor poder en el sistema internacional, y los países más libres han visto desafiadas y fracturadas sus normas democráticas establecidas.

Según Reporteros sin Fronteras, La libertad de prensa en 2022, revela una doble polarización, amplificada por el caos informativo: la polarización mediática, que crea fracturas dentro de los países, y la polarización de los Estados, a escala internacional. Los efectos del caos informativo son muy perjudiciales, creado por un espacio digital globalizado y sin regular, que favorece las informaciones falsas y la propaganda, provocando un aumento de las fracturas sociales. En el plano internacional, se produce una asimetría entre las sociedades democráticas y los regímenes despóticos que controlan los medios en sus países, produciendo fuertes guerras de propaganda, que debilitan las democracias.

En España, no ha sido un mal año para la libertad de prensa, pese a la falta de transparencia mostrada por los gobiernos central y autonómicos con la información pública sobre la pandemia, y pese al clima de animadversión a la prensa generado esencialmente por la ultraderecha. En nuestro país debemos destacar la precarización de la profesión de periodista que se arrastra desde la crisis del 2008 y que impacta claramente en la libertad de prensa. También la gran polarización mediática que afecta algunos medios de comunicación con fuertes posicionamientos políticos y alejados de su misión fundamental de informar.

El periodismo es esencial en nuestro mundo, contribuye a la construcción social de la realidad, muchas personas, leen los acontecimientos de la actualidad con la palabra del periodista. La prensa, a pesar de los problemas de información en nuestras sociedades, es necesaria para la democracia. No se puede negar que el buen periodismo tiene una enorme responsabilidad ética frente al ciudadano. Pero también somos conscientes, que los medios se encuentran en el centro de intereses y en el juego de los grandes poderes económicos y políticos. A veces, la información es considerada como un producto más de mercado, cuyo objetivo no es informar, sino ganar dinero, un elemento más de la oferta y la demanda.

Los medios de comunicación tienen la función social de informar con objetividad, veracidad y pluralidad. Sus valores se construyen en torno a la búsqueda de la verdad mediante la libertad y la responsabilidad. El periodista, no solo tiene la responsabilidad de hacer ver la realidad, sino hacerla comprensible. Vivimos en un mundo con grandes cargas de información, se lee y se ve mucho, pero se comprende poco. Se debe demandar del periodista que refleje la realidad no solo desde arriba, desde el poder, sino es necesario y urgente ver y hacer comprender la realidad desde abajo, desde el ciudadano. En el día de la libertad de prensa, se necesita un periodismo que se esfuerce por iluminar las zonas oscuras de la sociedad, cumpliendo con su misión de vigilancia responsable.

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