OPINIóN
Actualizado 18/04/2022 07:24:23
María Jesús Sánchez Oliva

Después del gran éxito obtenido con Teresa, la jardinera de la luz, e interrumpido por el coronavirus, el grupo de teatro salmantino Lazarillo de Tormes retoma su actividad buscando a Nebrija. Ni más, ni menos.

Sorpresa sorpresa

Era Domingo de Ramos. Llegamos por casualidad a Sorihuela. Pensábamos dar un paseo por el pueblo y tomar un café, pero la iglesia estaba abierta y entramos a conocerla. Si decimos que había mucha gente mentimos, si decimos que había poca tampoco decimos la verdad, para ser exactos estaban todos los vecinos del pueblo. Visto el templo, decidimos volver a lo nuestro, en breve empezaría algún acto religioso propio de la fecha y aquello no nos interesaba, pero de repente irrumpió en el templo un grupo de cómicos callejeros que fue recibido por un grupo de músicos que tocaban cada cual su instrumento como los propios ángeles y sorpresa sorpresa: eran los miembros de Lazarillo de Tormes con su recién estrenada obra Buscando a Nebrija, y seguros de que el cambio valía la pena, renunciamos al paseo y al café.

La magia del teatro

Al principio la obra parece un rompecabezas, pero no tardan en encajar las piezas. La magia del teatro transporta a los espectadores a 1622. Se cumplen 100 años de la muerte de Nebrija y nadie sabe que fue el autor de la primera gramática del castellano entre otros avances que sacaron de las sombras para siempre la cultura, el conocimiento y el saber. Ante tal injusticia un grupo de cómicos recorre los pueblos con un propósito muy especial: dar a conocer la figura del primer humanista hispánico. La magia del teatro devuelve a los espectadores a 2022. Se cumplen 500 años de la muerte del gran humanista. Su figura sigue siendo desconocida para el común de los mortales. Ni siquiera se cuentan de él los datos que se cuentan hasta de los mediocres: que su mujer era tocaya de la reina, que tuvo siete hijos, una de ellas también llamada Isabel. Y mucho menos se organizan actos para dar a conocer el vasto legado cultural que nos dejó. Ni siquiera somos conscientes de que podemos seguir diciendo que somos españoles y utilizar palabras tan hermosas como niño y niña, señor y señora, mañana, cariño o España, gracias a que fue el primero en incluir en su gramática de 1492 nuestra querida eñe. Rescatar del olvido su importante figura para hacerle justicia es también el fin de Buscando a Nebrija y lo conseguirá gracias a Denis Rafter, autor de la obra, a Javier de Prado, actual director de Lazarillo de Tormes, al buen hacer de los actores y de los músicos que siguen trabajando con la ilusión de siempre y a la Diputación de Salamanca que ha subvencionado el trabajo.

Broche final

La representación concluyó con una copiosa lluvia de aplausos, aplausos para los músicos, aplausos para los actores, y como en todas las actuaciones de Lazarillo de Tormes con el silencioso aplauso de la memoria, del respeto y de la gratitud para su fundadora, primera directora y nunca olvidada Rosa María García Cano.

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