La Semana Santa está siendo brillante, trasmitiendo la sensación de vuelta a la normalidad, aunque en el Hospital más de 30 ingresados recuerden la pandemia. Retornan los visitantes, y el celo municipal, centrado casi exclusivamente en este sector económico, nos ha dotado de “magnífica” infraestructura turística de apoyo. La envidia del mundo. Entre ellas es muy importante la recepción de un turismo que viaja por carretera, en especial en vehículo privado. Ciertamente existe alguna expectativa económica más de calado, confiemos en un final feliz.
La “gran labor municipal” pone señales en las entradas de la ciudad guiando al turismo hacia un lugar de fácil acceso, cómodo, acogedor, con aparcamiento e información precisa, donde los autocares dejan visitantes temporales para iniciar su recorrido. El Centro de Recepción de Turistas en la Fonda Veracruz funciona a pleno rendimiento. Rutas y monumentos están perfectamente señalizados en las calles, junto a todo tipo de información… Aquí se interrumpió el sueño.
El pasado sábado mostraba una pantalla de información de tiempos del transporte metropolitano, convertida en despilfarro por no utilizarse desde su instalación. Claro que ello es difícil estando en la cabecera de líneas, donde el horario está ya prestablecido y es inalterable, pero técnicos y políticos las pondrían ahí por alguna razón. Algo parecido ocurre con el municipal “Centro de Recepción y Encuentro de Visitantes” en la Plaza del Mercado Viejo, licitado por 931.315 euros y ejecutado por 646.984 euros. Disponible desde el final del verano de 2020 y apenas utilizado, no corre riesgos de un rápido desgaste.
Es fácil ver autocares con grupos, algunos repitiendo varios días a la semana, dejando básicamente donde les parece a los turistas. Incluso cerca de la Plaza del Mercado Viejo o de las señales que indican su existencia. En su momento critiqué esa ubicación, aunque no es mal sitio su acceso es complicado e incómodo para esos grandes vehículos. Aparte de dejar al raso a los usuarios en caso de inconveniente meteorológico. No creo sea difícil descubrir mejores lugares como el limítrofe Paseo del Rector Esperabé.
Ya que existe, lo lógico sería rentabilizar la importante inversión de dinero público. Se tardó años en conseguirlo, el primer diseño era más una Estación de Autobuses en la Vaguada de la Palma (desde luego más acogedora hacia el usuario, pero nunca quedó claro donde cabía). Tras el tiempo transcurrido, deberían haber encontrado una razonada y cómoda ubicación, para eso están los técnicos municipales.
El Ayuntamiento debería poner orden de una vez y obligar a utilizarlo, mejorando el lugar. Aparte de cambiar los “árboles”, y poner nuevos a ser posible con más porte en la plaza, debería dotarle de alguna protección frente a los fenómenos atmosféricos, y un mínimo de información. Reiniciar rápidamente la obra del Centro de Recepción de Turistas en la Fonda de Veracruz, aumentar la información en las calles, señalizar rutas y monumentos, abrir habitualmente los numerosos espacios cerrados, o ayudar desde los accesos de la ciudad a localizar con facilidad el punto de recepción ya seria para nota. Quizás mostraría de verdad un indudable interés en favorecer el turismo.