Nace en Sevilla, 10/XI/1835 Fallece en Barcelona, 29/IV/1909. Escritora, periodista, poeta y luchadora por los derechos de la mujer y necesidades sociales.
He tenido la suerte de poder estar en la “Silla de Galdós” conduce el programa mi querido amigo Javier Sierra, premio Planeta en 2017.
Entrevista a Amelina Correa, catedrática de Lengua de la Universidad de Granada
El feminismo de Amalia, explica Amelina, nada tiene que ver con las feministas de “nuevo cuño” que hoy nos toca sufrir. Una enorme brecha las separa.
¿Conocen la importancia del espiritismo durante la última mitad del siglo XIX?
¿Saben que tanto hombres como mujeres se sintieron atraídos, y lo reflejan en sus obras? ¿Qué es? La doctrina espirita establece como principios la inmortalidad del alma, naturaleza de los espíritus y sus relaciones con los hombres, las leyes morales, la vida presente, la vida futura y el porvenir de la humanidad, según la enseñanza dada por los espíritus superiores con la ayuda de diversos médiums.
La gran Emilia Pardo Bazán, Víctor Hugo, Galdós, Clarín, William Shakespeare Valle Inclán, Pierre Curie, Marie Curie, Antoine Henri Becquerel y un sinfín de personas ilustradas. Valle, escribió una biografía, (si la encuentran en las librerías de viejo, se la recomiendo) sobre Teresa de Ávila, vista como mujer, como ser humano, no, las desnortadas hagiografía que no pretenden vender. Otro libro interesante, Teresa de Ávila, autor Joseph Pérez. Editado por (ICOMEM)
¿Qué tiene que ver el espiritismo con los derechos de la mujer? Mucho, según los historiadores. Este credo surgido en el siglo XIX en respuesta a una crisis de fe se transformó en una religión reformista que, aunque hoy suene extraño, fomentó liderazgos femeninos. Las mujeres del siglo XIX de esta forma podían ayudar a otras mujeres y a la vez sentirse libres, olvidar las labores que la sociedad imponía: hogar, fidelidad al esposo, parir muchos hijos y recibir…. No solo clases altas o medias altas, se sintieron atraídas por este movimiento. Las primeras espiritas fueron las sufragistas en Gran Bretaña y Francia. Ayudar a independizarse a la mujer, liberarla de ser esclavas del marido, padre y hermanos.
Les dejo con la biografía de esta mujer admirada en su tiempo, según brillo su estrella en vida -por intereses, que todos sabemos- su luz se apaga al fallecer.
BIOGRAFÍA
Marcada desde su infancia por una frágil salud y graves problemas oculares, demostró una gran precocidad por la literatura, aunque se vio obligada desde joven a dedicarse a la costura como único medio de subsistencia. En la década de 1860 se trasladó a Madrid, donde su sacrificada dedicación laboral hizo que su vista se resintiera aún más, hasta el punto de quedar casi ciega. Desesperada, atravesó por una etapa de crisis personal. Fue en esos momentos, hacia comienzos de la década de 1870, cuando entró en contacto con el espiritismo a través de la revista El Criterio, que explicaba el perfeccionamiento del espíritu humano mediante sucesivas reencarnaciones y la comprensión de las faltas cometidas en vidas pasadas a partir de la expiación en la existencia presente. Amalia Domingo quedó absolutamente fascinada por las doctrinas espiritistas, consideró que daba respuesta a todas las cuestiones trascendentales para las que había buscado solución hasta ese momento. Gracias a su primera colaboración en El Criterio, entró en contacto con el vizconde de Torres Solanot, reconocido espiritista que pronto la acogió bajo su protección y patrocinio. Desde esa fecha y hasta su muerte, colaboró asiduamente en publicaciones especializadas en esa materia, tanto españolas como americanas, donde publicó más de dos mil artículos, poemas y cuentos.
En junio de 1876 trasladó su residencia de manera definitiva a Barcelona, llamada por la sociedad espiritista que editaba la revista La Buena Nueva, para la cual solicitaron su colaboración.
Allí dirigió durante más de quince años, la publicación periódica La Luz del Porvenir. Amalia Domingo luchó contra las brutales desigualdades sociales de la época que le tocó vivir, fue también feminista y luchó como pocas por conseguir una educación racional para los dos sexos”,
Consideraba imprescindible la instrucción pública para el progreso de la sociedad, y se dolía profundamente del atraso en que se encontraba España, del que culpaba en gran medida a la Iglesia católica, por lo que sostuvo varias polémicas públicas con figuras representativas de sus altas jerarquías.
Sus últimos años de vida transcurrieron con la salud muy quebrantada, no obstante sigue haciendo escritos y colaboraciones hasta su fallecimiento como consecuencia de una bronconeumonía. Barcelona, se echó a la calle para despedir su cadáver. Varias obras aparecieron de manera póstuma, entre las que se pueden destacar Memorias de la insigne cantora del espiritismo (1912) y Cuentos espiritistas (1925).