Se estima que afecta a 1 de cada 6.000 niños y su síntoma más característico son los ataques epilépticos
El Síndrome de West es una encefalopatía epiléptica que aparece en la infancia, generalmente en el primero año de vida. También es conocido como el síndrome de los espasmos infantiles y se estima que afecta a 1 de cada 6.000 niños. Las personas que sufren esta enfermedad se dividen en dos grupos: sintomáticos y criptogénicos. Los primeros tienen signos de afectación cerebral previos mientras que los segundos, se intuye una cusa sintomática, pero que está oculta y no se puede mostrar.
Como cada 10 de abril, se celebra su día mundial, dedicado a visibilizar esta enfermedad, así como apoyar a los niños que padecen el Síndrome de West y a sus familiares. Asimismo, se pretende divulgar información y sensibilizar a la población mundial acerca de este tema. La denominación de esta enfermedad se debe al nombre del médico británico William James West (1793-1848), el cual diagnosticó esta enfermedad a su hijo en el año 1841.
Entre los síntomas más comunes se encuentran los espasmos flexores, extensores y mixtos; el retraso psicomotor; electroencefalograma característico.
La mayoría de los niños tienen secuelas graves como epilepsias severas, deterioro neuromadurativo… Y, aproximadamente en el 10% de los casos, tienen una vida normal. Dependiendo de la causa de la enfermedad se ha observado una curación completa en los casos idiopáticos (incluye aquellos casos en los que no existe una lesión estructural subyacente ni anomalías neurológicas).