El totalitarismo para logran anular el pensamiento crítico y personal de los ciudadanos y conseguir el pensamiento único y así dominar la sociedad a su antojo se vale de los medios de comunicación e información. De sobra sabemos que con la proliferación de las redes sociales hoy hay más medios de comunicarse y difundir la información. Pero a su vez también es mucho más fácil desinformar y por tanto desnaturalizar esos medios de comunicación, que nacieron para comunicar las noticias, y así tener informados a los ciudadanos del mundo y que no ignoren lo que pasa. Hoy esas posibilidades son enormes por el fenómeno de la globalización, uno de cuyos aspectos o sectores fundamentales sería este de las noticias que a veces en segundos están ya en todo el mundo.
De dos maneras se desnaturaliza la información que debe llegar a los ciudadanos y de ellas se valen los estados totalitarios y de manera sutil las democracias, que dejan de serlo en tanto en cuanto tienen gobiernos totalitarios que desinforman. Estas dos maneras o medios de desinformar son las llamadas “noticias falsas” y las “medias verdades”. Las primeras directamente desinforman y por tanto privan de pensamiento crítico sobre lo que sucede, que se oculta al ciudadano. Y las medias verdades son en algún sentido más peligrosas porque te dejan ver la parte positiva de los hechos y te ocultan el lado peligroso del iceberg, te quedas extasiado ante la belleza de la forma que navega sobre las plácidas aguas, pero la fuerza de lo que se oculta puede arrástrate al abismo. Así de lo que no se conoce no puede tenerse pensamiento crítico.
Esta desinformación por las noticias falsas y las medias verdades puede darse también en la enseñanza de la historia, cuando se tergiversa la verdad histórica para que beneficie a un sector de la ciudadanía o a un partido, y cuando se elimina parte de la historia para que no llegue a conocimiento de los alumnos. Pero en este caso estamos hablando ya de la educación y la enseñanza.