Este navaleño afincado en Alba de Tormes desde antes de los treinta años conoce a la perfección el oficio de zapatero desde que comenzase a dedicarse a ello con catorce años
Ubicado en la calle Antonio Álamo Salazar de Alba de Tormes sobrevive el último taller zapatero de Alba de Tormes. Luis María Criado Marcos, su propietario, conoce a la perfección este antiguo oficio desde que comenzase a dedicarse a ello con catorce años. Su familia, de larga tradición zapatera, fue la gran culpable de ello.
"Un tío de mi padre fue quien empezó trabajando en este mundo. Luego se metieron mi padre, mi tío y un cuñado de ellos. Ahora soy yo quien me dedicó a ello, aunque tengo otros familiares, como un primo, que se dedica a ello", recuerda el último zapatero de Alba de Tormes.
Tantos años en el gremio de la zapateros le han valido a Luis María Criado para conocer al dedillo esta profesión y también para ver de primera mano cómo han cambiado los calzados.
"El oficio ha cambiado. Ahora hay otra clase de calzado, no son como antes. Mucha gente tiene la idea de que unos zapatos si se rompen se tiran, pero hay gente que todavía los arregla, sobre todo si son calzado que ha costado caro", rememora.
A pesar de ser el único zapatero en Alba de Tormes y comarca, Luis María Criado es consciente de que su oficio, el único que ha conocido a lo largo de su vida, tiende a desaparecer con el paso de los años.
"El negocio tiende a desaparecer. Cada vez se utiliza más calzado deportivo, de usar y tirar. Eso hace que se arregle menos", señala Luis María Criado.
Reparación de zapatos y mucho más
En el taller del último zapatero de Alba de Tormes, sin embargo, no se limitan a la reparación de zapatos. En este negocio también se arreglan mochilas y cremalleras, se limpian zapatos y zapatillas, se venden cordones y, en definitiva, se realiza cualquier servicio con el propósito de dejar el calzado como recién salido de fábrica.