Una prioridad es que sirva para la vida. Debe atender a la diversidad y a la interculturalidad. Por lo tanto, en primer lugar tiene que ser abierta al mundo. Se lee el periódico y se analizan las redes sociales.
Es una escuela política que no adoctrina pero debe informar para poder tomar postura. Hay que educar en la cohesión social. Tenemos que hacernos eco de las injusticias y de las desigualdades. No podemos estar ajenos a las guerras o al hambre.
Un buen camino son los objetivos de desarrollo sostenible de la agenda 2030.
Hay que aterrizar las ideas para buscar cómo se consiguen esos objetivos en el día a día de las clases, para que no sea un pegote del currículum.
La calidad educativa es incluir a todos. El fracaso escolar es del sistema, no de los alumnos. La innovación educativa no son sólo las TIC y pedagogías activas de juego que infantilizan a los alumnos.
Los que nos hemos empapado de Freire y Milani creemos en una escuela seria y responsable. No es frívola y saca el espíritu aventurero y la vocación de héroe de todo niño. Es interesante porque da soberanía al alumno.
Herramientas útiles son el trabajo cooperativo, el trabajo por proyectos y el aprendizaje servicio.
Hay que estar implicados en el entorno y asumir tareas sociales desde la escuela, trabajando en red con asociaciones sociales y medio ambientales.
La educación también tiene que tener en cuenta y valorar las inteligencias múltiples. Tiene que responder adecuadamente a la psicología de los alumnos. Hay muchos diagnósticos de TDAH, transtorno por estress postraumático, trastorno del apego, son diversidades que enriquecen la escuela. Por eso hay que contemplar una atención constructivista, sistémica y centrada en soluciones. La educación debe ayudar a la salud mental. Hay que valorar la variedad de esfuerzos, la evaluación debe ser sensible a las diferentes capacidades, no deben ser juicios cerrados a estándares pobres de domesticación .
Somos una sociedad plural con la inmigración que nos enriquece. Por lo tanto, tenemos que educar en el bien común fuera de dogmas. Los alumnos son conscientes del cuidado del planeta y de la necesidad de segundas oportunidades para los abandonados de las instituciones.
Buscamos desde la educación mejorar el mundo. Los alumnos deben acercarse al campo y a la naturaleza, es necesario el mestizaje y el riesgo del profesor para salir del aula. Los poderes privilegiados buscan controlar la educación, pongámoselo difícil.