Un tipo de aceite al que hasta ahora hemos prestado menos atención, pero que cuenta también con beneficios
Aunque España también es productor de aceite de girasol, con la producción nacional no se cubre toda la demanda, y ese es el motivo de que dependamos del aceite de girasol que hasta ahora nos llegaba de Ucrania, el principal productor del mundo. También el precio -más barato que el aceite de oliva- hace que en muchos hogares sea el que más se consume. El aceite de girasol no solo se utiliza en la elaboración de otros alimentos, sino que es el más usado para freír.
Pero antes de alarmarnos ante la menor presencia de este aceite en las estanterías de los supermercados, conviene saber que hay alternativas. Y la favorita es el aceite de orujo de oliva, un tipo de aceite al que hasta ahora hemos prestado menos atención, pero que cuenta también con beneficios.
Este aceite también procede de la aceituna, aunque lo que se utiliza es el alperujo, compuesto por el agua, la piel, el hueso y los restos que quedan una vez exprimida.
Un estudio del Instituto de Ciencia y Tecnología de Alimentos y Nutrición (ICTAN) del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha puesto de manifiesto que el aceite de orujo de oliva, en comparación con los aceites de girasol y girasol alto oleico, posee propiedades que lo hacen el aceite idóneo para obtener las frituras más saludables, crujientes y doradas.
Su composición, rica en ácido oleico y en compuestos bioactivos exclusivos, como el escualeno o el beta-sitosterol, le aportan al Aceite de Orujo de Oliva propiedades diferenciales que consiguen un efecto protector tanto del propio aceite, haciéndolo más duradero y estable, como de la salud, con efectos beneficiosos para el organismo.