Los primeros síntomas pueden consistir en alteraciones del campo visual con pérdida de visión lateral o periférica
En la mayoría de los casos el glaucoma no presenta síntomas hasta las fases avanzadas de la enfermedad ocular, y de ahí que también se le conozca como la ‘ceguera silenciosa’. Pero sí hay algunos signos a los que conviene prestar atención, además de insistir en la importancia de la prevención a través de revisiones oftalmológicas periódicas que permitan su detección a tiempo para recibir el tratamiento adecuado y evitar la pérdida de visión.
Entre los signos que nos pueden alertar se incluyen:
Pero hay formas de la enfermedad menos frecuentes y de presentación brusca, como el glaucoma de ángulo cerrado, en que aparecen otros síntomas como visión de 'moscas volantes', visión borrosa, pérdida completa de la visión, visión de 'arcos iris', así como otro tipo de manifestaciones como dolor en el ojo, dolor de cabeza o náuseas y vómitos.
Si se detecta de manera precoz, y con un adecuado tratamiento, es posible controlarlo y evitar la progresión de la pérdida de visión. Tal y como señalan los expertos, hasta el 90% de los casos de ceguera causados por esta enfermedad se podrían evitar con una detección precoz