Sobre el fondo de una guerra, mejor dicho, de una invasión, en la que miles de mujeres eucranianas se quedan viudas y ni siquiera pueden enterrar a sus maridos, ven como sus hijos han tenido que dejar de estudiar para convertirse en asesinos de otros jóvenes con sus mismas ilusiones e idéntico proyecto de vida, de niños que podrían ser sus hermanos y de hombres que podrían ser sus padres, porque el sátrapa Putin lo ha decidido, no pueden correr a los improvisados refugios cuando suenan las sirenas porque tendrían que abandonar a sus bebés, a sus mayores, a sus enfermos, a quienes necesitan de ellas, se las ven y se las desean para salvar a sus hijos del hambre, del frío y del miedo, han tenido que dejar su trabajo, han dejado de cobrar su pensión, se han quedado sin medicinas para sus familias, arriesgan su vida para auxiliar a los heridos y un largo ecétera de sufrimientos evitables.
Sobre el fondo de un país en el que las mujeres afganas han perdido los derechos que tanto les costó ganar porque los fanáticos talibanes lo han decidido y han tenido que dejar sus trabajos bajo amenazas de muerte, son perseguidas, obligadas a no salir de casa sin la estricta vigilancia de un hombre, tapadas con el burka olvidado para que no puedan verles la cara los hombres que no sean de la familia, a casarse cuando, como y con quién decidan ellos, a no leer más libros que el Corán, a no poder escribir cuatro líneas derechas y otras injusticias propias de bárbaros.
Sobre el fondo de tantos países en los que las mujeres siguen siendo asesinadas por sus maridos ante la solicitud de divorcio, castigadas arrancándoles la vida a sus hijos, maltratadas, violadas, prostituidas, discriminadas en los trabajos por serlo y, con frecuencia, ganando menos que los hombres aunque trabajen más y mejor, mañana, como cada 8 de marzo, las que afortunadamente podemos manifestarnos libremente, saldremos a la calle para gritar firme, alto y claro ¡basta ya!, porque mujer no es sinónimo de inferior, ni de objeto ni de propiedad.
No sé si eso servirá de algo, no sé si no servirá de nada, pero sí sé que, en lo que haya hombres que más que nacidos de una mujer, parecen hijos del mismísimo Satanás, hay que hacerlo.