"En el mundo actual, y sobre todo en las profesiones que requieren una mayor preparación, a las mujeres nos ponen el techo más alto"
“Todos los reconocimientos son siempre bienvenidos, con la humildad que nos corresponde y pensando que quizá nos queden grandes, pero desde luego que con satisfacción”. Así lo señala Ángela Figueruelo, Catedrática de Derecho Constitucional de la Universidad de Salamanca, una de las tres mujeres a las que este año homenajea la ciudad de Salamanca con motivo del 8M, y quien comparte que “todos los homenajes, reconocimientos que se den a las mujeres y que contribuyan a esa visibilidad, a hacer creer a la opinión pública que podemos hacer lo mismo que hacen los hombres, tienen que ser bienvenidos”.
Con una amplia trayectoria profesional -también es directora académica del Máster en Estudios Interdisciplinares de Género e Investigadora Responsable del GIR de Excelencia ‘Derechos y libertades en la sociedad’-, reconoce que las mujeres “trabajamos doble para que se nos reconozca la mitad, eso es una verdad que quien la niega no toca suelo. En el mundo actual, y sobre todo en las profesiones que requieren una mayor preparación, a las mujeres nos ponen el techo más alto, y además tenemos que añadir que la mayor parte de las mujeres acarreamos otra mochila a la espalda, la maternidad, la familia y el cuidado. Han disminuido las discriminaciones, pero siguen existiendo”.
Derecho es una de las carreras universitarias con más presencia de mujeres que de hombres en las aulas, “a final de curso obtienen mejores resultados, eso es así, mientras estudian, son mejores, pero cuando se terminan lo estudios hay que diferencias”. En el acceso a la función pública, en las oposiciones, “principio de mérito y capacidad, es decir, el esfuerzo personal, la mayor parte de las plazas son para las mujeres, pero en el mundo privado sigue habiendo diferencias tremendas”. También siguen topando las mujeres con más dificultades para la promoción, “porque hay algo que no está escrito, la coaptación, elegir a dedo, cuando los que coaptan son los que tienen el poder, y son hombres, optan por hombres”.
Aunque, como apunta, “hemos avanzado mucho” en las dos últimas décadas, “hay que seguir luchando, y ahí nos tenemos que ayudar las mujeres”. Un dato: la universidad, por ejemplo, en sus más de 800 años de historia, “no ha tenido nunca mujer rectora”.
Este 8M se celebra en medio de “tiempos convulsos, muy difíciles, no hemos salido de la COVID-19 Y se nos ha metido una guerra tremenda, y los colectivos de especialidad vulnerabilidad, entre los que están las mujeres, siempre acabamos perdiendo”. Por esto, “a quienes gobiernan el mundo” les pide “sensatez y sentido común”.