Europa es un proyecto histórico de civilización que, desde la antigüedad clásica, pasando por el cristianismo, el humanismo, la ilustración, el romanticismo y todas las diversas manifestaciones de la contemporaneidad, se sintetiza y resume en una serie de valores y logros que son una incuestionable contribución al progreso más verdadero y logrado de la especie humana.
Entre esos valores y logros, se encuentran los de la dignidad, el libre examen y el espíritu crítico, los derechos humanos, las libertades, el respeto a las perspectivas de los otros, la soberanía del pueblo… y varios otros de los que llevamos disfrutando todos, de forma pacífica, desde el final de la segunda guerra mundial.
Si hubo que defenderse, en su momento, de las perspectivas marcadas por la barbarie que traían los fascismos y nazismos, estos días, con la invasión y el ataque de Ucrania por parte del totalitarismo putiniano, vuelven al presente las amenazas contra ese proyecto histórico civilizador europeo que, afortunadamente, marca nuestras vidas.
Y esa aspiración europea de dignidad y de libertades es la que tiene el pueblo ucraniano, según manifiestan sus ciudadanos y, en estos días trágicos, en representación de ellos, su propio presidente, con aplausos y adhesiones casi unánimes del Parlamento Europeo.
Hemos de defender todos ese proyecto civilizador europeo que históricamente hemos conseguido y que reivindica también Ucrania, en estos días en que está siendo invadida y atacada militarmente, y en que, desgraciadamente a solas, pese a la solidaridad occidental, trata de defenderse de tal ataque bárbaro que quiere hacerlo desaparecer, eliminando su soberanía.
Podemos repetir hoy el lema de España en el corazón, que utilizara el poeta chileno Pablo Neruda, en un apoyo a la perspectiva republicana de nuestro país (a través de un poemario así titulado), cuando la República sufrió el zarpazo la sublevación militar franquista que terminó con ella.
Ucrania en el corazón. Es lo que parecía latir el pasado domingo, en la ciudad de León, cuando unas dos mil personas se manifestaban en apoyo de Ucrania y de su anhelo de ser europea y libre y digna y con el uso pleno de la soberanía popular. Frente a la invasión de unos gobernantes rusos que detienen a su propio pueblo, cuando se manifiesta contra esa intervención bélica de Ucrania.
Y esas personas que se manifestaban en León –como también estos días se han manifestado en multitud de ciudades de todo el mundo, incluida la propia Rusia– en favor de Ucrania y de su soberanía y de sus libertades y de su derecho de vivir en paz, eran en su gran mayoría adultas y ancianas, lo que nos hizo reflexionar. Faltaban los jóvenes y los adultos más cercanos a la juventud. ¿Por qué? ¿Les ha venido todo dado?
Ucrania en el corazón. En unos días de invasión, de guerra, de sufrimiento y de muerte. Esperemos que el anhelo de este pueblo, pese a tener que pagar estos días un precio tan alto, se cumpla y acceda con todo derecho a ser parte –como, de hecho lo es– de ese proyecto histórico civilizador europeo. Se lo merece.