OPINIóN
Actualizado 02/03/2022 08:14:22
Fermín González

Presumía aquel hombre de idealista, y la gente pensaba que era impoluto, valia sin dudar su peso en bruto, proclive a la nobleza y pacifista.

Odiaba al que ejercia de cobista. Al trabajo era adicto y resoluto. El deber le servia de estatuto y en formas y maneras detallista.

Pero un día sus grandes ideales, le hicieron en politica meterse; y aquello le saco de sus cabales. Pronto con cargo verse, enseguida cambiaron sus modales... Y olvido su idealismo al corromperse.

El poder es la peor enfermedad. Incurable. Lo devora todo, empezando por los principios, - esos de los que hacen gala los políticos-, y, sin embargo, vemos a diario como carecen de ellos.

Después, de la exigua victoria del PP en estas tierras de Castilla, las pasadas elecciones, se comenzó a remover en el partido una marejada, que como bien saben ustedes, termino en un maremoto que azoto con dureza la estabilidad del barco “pepero”, dejándolo momentáneamente a punto de zozobrar, al pairo y sin timonel.

Pablo e Isabel, jóvenes mitineros del partido, se han enzarzado en una reyerta grotesca, donde han salido a relucir los celos, las traiciones, los bulos, las declaraciones abruptas, incluso la familia, todo adobado con su tanto %, como no – “el maldito parné”, que impera en la corrupción, de los partidos políticos, donde el favoritismo, la falta de escrúpulos y amiguismo están por en medio. Desgraciadamente una vez más, la clase política, tiene que acudir a la justicia a buscar la falta de transparencia, la legalidad y la razón que, desde el entramado de las instituciones con sus órdenes, decretos, consejeros, asesores, vividores, chivatos, correveidiles, chaqueteros, personajes varios, e ingenierías jurídicas, tiene como resultado que la ciudadanía no se entere de que va la “copla”. Y solo sale a gritar, cuando acontecimientos como el vivido estos últimos días tienen lugar.

No seré yo, quien se sienta cómodo con todo este bochornoso, patético y deleznable vodevil, de opereta con trampa y cartón que han dirimido estos jóvenes políticos mediocres, de medio pelo, que aspiraban a gobernar y presidir este país, esta España, la cuestión es lamentable, vergonzosa y repugnante, ante la falta de ética y estética, que en presencia publica han entrado en conflicto, donde se ha notado una codicia, un ansia de poder, una desmedida ambición, así como una obsesión por destruir y ganar el relato de tu adversario aun con el mismo marchamo político, en este caso. Lo cierto es que no me hace ninguna gracia, la imagen que venimos dando de cara al exterior, damos la impresión de una España desunida, barata, desengañada, con un infame pueril y desorbitado griterío, poniendo en duda si esta democracia que venimos manteniendo está en vigor después de conquistarla, o ya hemos tocado fondo, dando la impresión que tras estos cuarenta años, de transitar por la misma, tuviéramos que enfrentarnos de nuevo y volver a las andadas de la violencia y los garrotazos, para imponer paz, sosiego y buenas formas en todos los foros, donde intervengamos, creo que nos equivocamos en las formas y maneras al defender nuestras causas, nuestras ideologías, nuestra tierra o nuestros derechos. Por ello cuando aparecen estas escenas, estas incertidumbres, estos egoísmos, y victimismos de los que se nutren nuestros políticos, nosotros olvidamos que los hemos votado, y ellos se olvidan antes, de que se deben a la ciudadanía, que son los elegidos por el pueblo, que les ha dado el prestigio, y el honor de que nos puedan representar, no para hacer esto que hacen, sin la vergüenza, sin el sentido común y responsabilidad para gestionar y defender los recursos, actuar con libertad, principios, entusiasmo, eficacia transparencia, lucidez democrática, justicia, y con las manos limpias, muy limpias para poder mirar a la cara a su pueblo, a sus amigos, y a su familia. Total, debe ser la ejemplaridad, para no tener que arrastrar esta mochila, de la corrupción, de la fanfarria, del esperpento de caer bajo mínimos ante la opinión de los ciudadanos, haciendo malabarismos con un cinismo sin límites.

Gobernar no es fácil, implica responsabilidad, medir las consecuencias de las decisiones antes de tomarlas, -claro que si- responsabilidad, libremente contraída, otorgada con la confianza de los votantes, cada cual, con su forma de pensar, su forma de concebir la vida, la justicia, la cultura la familia etcétera. Eso implica poner todo el conocimiento, la capacidad de gestión, el ingenio y la comunicación suficiente, para pensar, razonar y decidir, que se gobierna a personas para quienes lo humano, lo justo, lo espontaneo y emocional tiene un valor añadido. Un político no puede ser moldeado a imagen y conveniencia de un sistema, menos si este se encuentra en franca desidia y dejadez. ¡Vamos a ver si aprendemos de una puñetera vez… ya está bien de tanto mamarracho engolado…! ¡ya está bien. Vaya serial de despropósitos, de insultos montaraces y tabernarios desde sus tribunas, hagan examen de conciencia, autocritica y quieran un poco más a su pueblo, a sus ciudadanos a sus votantes… ¡Si, también a los que vivimos en los barrios!... Ya está bien… O NO...

Fermín González salamancartvaldia.es blog taurinerías

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