Los astados dieron varios sustos a los mozos participantes en la capea
Exactamente dos años después (desde el desencierro de la tarde del Martes de Carnaval de 2020, que también era 25 de febrero), los toros volvieron a pisar en la noche del Viernes las calles de Ciudad Rodrigo, en la tradicional Capea nocturna, que como es habitual registró un gran ambiente, con los tablaos colgando el ‘No hay billetes’ y con la arena de la Plaza Mayor registrando un gran bullicio en el tramo previo a la capea en sí.
Como también es habitual, ese tramo previo contó con la animación de la Charanga Santana, que en este caso entró por la calle Madrid, moviéndose mucho más por todo el coso en vez de quedarse en un punto más fijo como era habitual. Tras su actuación, que duró alrededor de media hora, los miembros de la Charanga volvieron a salir por la calle Madrid. Asimismo, coincidiendo con el final de su actuación, personal del Ayuntamiento se dio una vuelta por la arena de la Plaza para retirar las botellas que habían quedado tiradas por la misma.
En lo que respecta a la capea en sí, estuvo protagonizada por dos astados con mucha presencia y notable cornamenta, de tal modo que los mozos no se arrimaron demasiado pese a las ganas que había de volverse a medir a ellos en pleno coso taurino mirobrigense. En lo que respecta al primero, lo más destacado fue que costó bastante que volviese a entrar en toriles tras completar su participación.
Mientras, el segundo de la noche fue más apto para los recortadores, dando eso sí varios sustos, incluido un revolcón bastante destacado a un mozo, pero por fortuna no tuvo consecuencias físicas de gravedad para el protagonista. En general, se puede considerar que esta Capea nocturna de Viernes tuvo un gran ambiente, viviéndose unos cuantos momentos de peligro y riesgo.