Juan Tomás Muñoz hace una crítica a la falta de consenso en las decisiones tomadas sobre la organización del Carnaval.
Si ya es difícil la organización del Carnaval del Toro de Ciudad Rodrigo en una situación normal, imagínense en una crisis sanitaria como la que estamos viviendo. Decisiones de no poca enjundia y perfectamente criticables incluso cuando las toma uno mismo.
Juan Tomás Muñoz, estuvo a la cabeza de la organización de la fiesta grande farinata durante los años 2015- 2019. Sabe de primera mano los entresijos que hay en un Ayuntamiento para que, llegado el día, de una forma mágica, todo comience a funcionar enlazando unas cosas con otras y todo pasa a ser alegría y diversión.
P. Señor Muñoz: ¿Querría estar usted en la piel del Alcalde?
R. Cuando se encabeza una candidatura electoral se hace con el objetivo de alcanzar la alcaldía, con todo lo que ello supone. Una aspiración que no contó con el suficiente respaldo de los mirobrigenses encomendando esa función a otra persona, a otro grupo político, con toda la responsabilidad que ello conlleva. Y en esa perspectiva hay que encarar cualquier situación y tomar las decisiones que se supongan adecuadas y que competan a la institución que se representa.
P. ¿Cómo se hace oposición o crítica en una preparación del Carnaval como la de este año marcada por la pandemia sanitaria?
R. Fuimos claros desde un principio. La suspensión del Carnaval de 2021 fue una decisión unánime de todos los grupos políticos que conforman el actual Ayuntamiento, conforme a las restricciones sanitarias del momento. Sabemos lo que supone la celebración de un Carnaval para la economía local. Evidentemente, también sabemos lo que supone su suspensión.
Cuando el alcalde, a raíz de la declaración de riesgo moderado de la pandemia en Castilla y León, nos cita a los portavoces para dar cuenta de la decisión adoptada por el equipo de gobierno de iniciar el montaje de infraestructuras, el Grupo Municipal Socialista plantea que hay que ir con prudencia, que hay que ir evaluando cada siete o diez días la evolución de la incidencia en la población antes de tomar una decisión definitiva sobre la celebración del Carnaval. Pasaron casi tres semanas hasta que el alcalde volvió a convocar a los portavoces municipales. De evaluación de la incidencia, nada. El alcalde ya había tomado la decisión de celebrar el Carnaval, y no permitir el montaje de la carpa ni la celebración de los bailes de disfraces. Por lo tanto, la lectura que hicimos fue que estábamos ante un paripé, que la decisión de celebrar el Carnaval estaba tomada por el equipo de gobierno mucho antes de que nos convocase a los portavoces.
P. ¿Si usted y su equipo estuvieran al mando de las decisiones ¿Qué hubieran mejorado o qué no hubieran hecho?
R. No voy a entrar en hipótesis. La realidad es la que hay, aunque seguramente hubiéramos tomado otras decisiones, pero siempre desde el diálogo y el consenso.
P. En cambio, siguen ustedes en las comisiones de organización, no se han lavado las manos en estos momentos difíciles como algún miembro de otro partido que nos representa y se les votó para ello
R. La responsabilidad debe ser un paradigma en cualquier ámbito de acción, también en política. Se puede estar o no de acuerdo ante una situación dada, y se puede ser muy crítico con una decisión adoptada y que, desde otra perspectiva, puede quedar en entredicho.
P. En cuanto al control de personas en la Ciudad, ¿hay otro modo de hacerlo?
R. Se lo dijimos al alcalde. El blindaje que planteó es inconstitucional, se conculca un derecho fundamental como es la libertad de movimientos. Le pedimos que consultase, que se informase de lo que realmente quería hacer; que recurriese a instancias superiores para conocer su criterio. Evidentemente, ha reculado en la intención inicial. Se puede controlar un aforo y su acceso, caso de la Plaza Mayor convertida en plaza de toros. Pero no se puede impedir que la gente circule por el resto del casco histórico. Y dudo de que, como se pretende, puedan hacerse controles sobre las pertenencias que lleven las personas y se llegue a requisar algo en las entradas al recinto amurallado. Otra cosa, es en el acceso al coso taurino o a espacios cerrados.
P. Figuras del toreo: Unos carteles de figuras que ha ido a más en los últimos años ¿Hay que mejorarlos y salir de esta rutina a la que nos van acostumbrando?
R. Los carteles de los festivales generan afluencia de forasteros. En los últimos años, más bien décadas, se ha mejorado en este aspecto y hay que seguir en esa línea.
P. Elección de reses y ganaderías: ¿Hay consenso en el modo que se eligen toros y ganaderías?
R. No cabe duda de que hay un trabajo previo, casi resolutivo, antes de que la comisión taurina inicie sus visitas. Se va prácticamente a tiro hecho. No deja de ser llamativo que, por ejemplo, sea una empresa a la que contrata el Ayuntamiento quien elija el ganado del encierro de campo. ¿Qué ha pintado la comisión? ¿Para qué está? Está claro.
P. Este año ha sido bastante polémica la decisión de traer como pregonero a J.L. Martínez Almeida, alcalde de Madrid y perteneciente a las siglas políticas del PP. ¿Qué tiene que decir la oposición al respecto?
R. La designación del pregonero mayor es competencia exclusiva del alcalde. Cuando ha gobernado el PSOE se han traído pregoneros vinculados al mundo de las letras o muy cercanos a Ciudad Rodrigo y su Carnaval, pero siempre huyendo de vinculaciones políticas. No ha ocurrido lo mismo con otros partidos, que prefirieron lo contrario para pregonar el Carnaval. Es llamativo que el propio alcalde haya tenido que justificar la designación de Almeida como pregonero mayor, explicando que viene como alcalde de Madrid, no como portavoz nacional de un partido político, aunque ya no es. Es más edificante evitar discrepancias con una designación que de alguna manera, y como no venía sucediendo desde hace bastantes años, quiebra el acuerdo tácito municipal de que con el carnaval no se hace política.
P. El compromiso del señor Iglesias el año pasado por estas fechas de conceder cenizos si los mozos lo pidiesen el martes por la tarde al sonar el reloj suelto para el desencierro, ¿ha sido acertada precisamente en un año como este?
R. No sé si pensó en aquel momento, cuando lo dijo, que este año habría Carnaval o estaba pensando más bien en 2023. La realidad es que va a ver cenizos. La decisión está tomada y el resto es un brindis al sol. Con uno que lo pida, que hasta pudiera ser él mismo, habrá festejos taurinos el Miércoles de Ceniza. No creo que sea una decisión acertada en el momento en que estamos. Cinco días son más que suficientes en estos tiempos que vivimos. Hubiera sido mejor, desde nuestro punto de vista, potenciar con otros festejos, con más actividades, el viernes o el sábado
P. Por último Señor Muñoz, unas palabras como concejal y mirobrigense para sus paisanos y forasteros que nos acompañarán estos días en nuestras carnestolendas.
R. A la vista está que habrá Carnaval. Y no será un Carnaval normal. Hay discrepancias sobre la conveniencia de su celebración, aunque haya algunas restricciones. Habrá personas o familias que hayan decidido ausentarse esos días de Ciudad Rodrigo, pero hay otras muchas personas que han decidido quedarse o desplazarse los próximos días a nuestra ciudad para disfrutar de los distintos festejos. A los que nos quedemos y a los que vengan hay que pedir mucha, mucha prudencia; y sobre todo, mucha, mucha, mucha responsabilidad individual y, si es posible, social. Que disfruten en la medida que sea posible, mirando siempre de frente y de reojo a ese otro toro que no nos deja desde hace dos años y que se empeña en dar cornadas a diestro y siniestro.