¿Vivir sin fútbol?

En esta ocasión, si me lo permiten, voy a saltarme un poco el guion habitual establecido; creo que la ocasión merece la pena.

¿Se acuerdan en plena pandemia cuando algunos ‘iluminados’ no tuvieron nada mejor que hacer que pregonar que se podía vivir sin fútbol? Claro que se puede, sí; y también sin teatro, sin cine, sin salir de cañas, sin ir a cenar fuera, sin leer un libro… vamos, sin vida.

Tampoco es extraño escuchar que si el fútbol saca lo peor de unos y de otros, que si hay quien usa el fútbol para sacar su frustración, que si genera violencia… hay algo de verdad en todo eso, no hay duda, pero generalizar creo que no es positivo, tampoco justo. Este deporte es mucho más que todo eso.

Un claro ejemplo fue lo que se vivió en esta ocasión (también ocurre en otras muchas), al final del partido que midió a Unionistas de Salamanca y a Racing de Santander, y que se saldó con victoria para los cántabros (1-2), con remontada de los visitantes.

Durante el partido, las aficiones se encargaron de jalear, animar y motivar a su equipo (siempre hay excepciones), con el único objetivo de ayudar a conseguir la victoria o que el equipo de su ‘sangre’ tenga opciones hasta el último momento.

Una vez que jugadores y trío arbitral abandonaron el terreno de juego, los casi 1.000 aficionados del Racing de Santander comenzaron a gritar el nombre de su rival en esta jornada (Unionistas, Unionistas…), gesto que agradecieron los fieles del equipo salmantino con la siguiente consigna: “Es de Primera, el Racing es de Primera, es de Primera…”, terminando ambas aficiones con un aplauso unánime.

Sin duda, éste es el claro ejemplo de que hay mucho más que violencia, insultos y malos ejemplos en este deporte, y que no, claro que no… muchos no podríamos vivir sin el fútbol. Es nuestra pasión, nuestra vida; algo que quizá muchos nunca lleguen a entender.