Discrepan de la “guerra contra las vacas” cuando su experiencia les dice que “es el animal mejor dotado para convertir subproductos vegetales en alimento de muy alta calidad”
Manuel José Galante (M.J.) y Manuel Francisco Bogajo (M.F.) son dos de los veterinarios que ejercen en la comarca de Vitigudino desde hace tres décadas, el primero más próximo a la Unidad Veterinaria de Lumbrales y el segundo a la de Vitigudino, pero ambos bajo el sello de Univet, empresa referente en la zona y cuya experiencia en el campo los avala.
¿En qué consiste el trabajo de un veterinario rural?
M.J.: En nuestro caso, al ser la zona más ganadera de Castilla y León, pues en programas sanitarios, asistencia clínica, patologías, partos, problemas de diarrea, problemas respiratorios, reproducción, generalmente en explotaciones de vacuno y ovino.
¿Cuál ha sido la evolución de las explotaciones ganaderas?
M.J.: El cambio ha sido abismal, mejora de la genética, manejo, instalaciones… Antes una familia que tenía 20 vacas u 80 ovejas podía vivir, ahora tienen que tener 500 ovejas o 150 vacas. No hay relevo generacional, 365 días a todas horas es difícil para el ganadero, y al veterinario rural le pasa lo mismo, tampoco hay relevo. Para ser ganadero te lo tienen que dejar muy montado, alguien que venga de fuera y quiera instalarse tiene que tener un patrimonio enorme. La oveja está desapareciendo, antes en la zona de Lumbrales, sobre todo, vivían de las ovejas ganando mucho dinero, ahora apenas ganan dinero y no hay ovejas. En mi pueblo, Hinojosa de Duero, cuando comencé a trabajar había 65 ganaderos, ahora no sé los que hay, habría que contarlos, quizá queden 15.
M.F.: Hay muchos menos ganaderos y mucho más ganado. A los políticos se les llena mucho la boca con el despoblamiento rural, pero las ayudas no van encaminadas a que la gente se mantenga en el campo. Ayudan fundamentalmente al vacuno y lo que más fija población es la oveja porque requiere una mayor atención. La oveja está despareciendo a un ritmo increíble. En estos momentos se mantienen las explotaciones de ordeño que se instalaron alrededor de Vitigudino hace 30 años, se mantienen por la gran inversión que se hizo y la mejora en genética... Vitigudino, Majuges, Peralejos de Abajo y Valderrodrigo.
M.J.: Sin embargo el vacuno va a más, se ha favorecido el manejo y se crían animales orientados a la producción de carne, que es lo que pide el mercado. En la zona del Abadengo las explotaciones están más orientadas a la cría.
M.F.: En la zona de Vitigudino hay más cebaderos porque han influido las ayudas al cebo y la prevalencia de la tuberculosis. Al no poder vender en condiciones sanitarias favorables, el precio baja y le sale más rentable cebar sus animales. La Administración está incentivando que el ganadero cebe su producción y no la eche fuera de Castilla y León.
¿Cuál es la situación de la sanidad animal en estos momentos?
M.F.: La sanidad animal está muy bien. En el apartado de la tuberculosis, está controlado por la Administración, en nuestras manos no hay nada que hacer. Nosotros trabajamos en prevención, vacunación y desparasitaciones, y se consigue reducir los brotes con medidas de manejo y bioseguridad.
En vuestra opinión, ¿dónde subyace el problema de alta prevalencia de la tuberculosis bovina?
M.J.: Cuando han pasado tantos años y sacrificados tantos animales al final tienes que intentar buscar la relación causa-efecto. Probablemente la fauna salvaje sea el principal vehículo de transmisión porque pones la tolva para los terneros y allí come el zorro, el tejón, el jabalí, el corzo, los pájaros… La trasmisión se produce aunque solo sea por el agua…
¿Se están haciendo las cosas bien?
M.F.: Nosotros no tenemos la verdad absoluta, lo que sí es cierto es que la Junta se está gastando mucho dinero en la tuberculosis, tiene fijado controlarla y están haciendo muchos esfuerzos, no se le puede achacar dejadez en ese aspecto. Sin embargo se están dando unos resultados que ni la Junta ni el ganadero quieren. Es un tema complicado adoptar medidas porque hablamos de animales silvestres.
M.J.: En cuanto a la seguridad alimentaria, es prácticamente imposible que un animal infectante pase a la cadena alimentaria. En el matadero es la enfermedad que más se mira desde siempre. Yo pongo la mano en el fuego por los mataderos, es imposible que pase un animal infectante. Hoy se come la carne más segura, no se complican en nada, en el momento que se detecta algo raro desechan la canal y se incinera. Hay un control extraordinario, especialmente a partir de las vacas locas.
Imagino que habrán tratado animales víctimas de ataques de fauna salvaje. ¿Se dan tantos casos reales como se dice?
M.J.: Los ataques de los buitres al ganado es un hecho cierto, pero es un problema que lo hemos generado nosotros porque le hemos quitado el alimento, es pura subsistencia. El problema ahora es que cambie el hábito y que de carroñero ataque como un depredador. Hay muchos más ataques que los que se denuncian. También hemos observado animales atacados por meloncillos.
M.F.: El problema es que no hay alimentación en el campo para los depredadores, y el conejo era la base parta especies como el meloncillo. Ahora, como no hay conejos, tienen que alimentarse de lo que hay, que es el ganado. Los cazadores están crucificados también y son los que cuidan la caza, de lo contrario ya habían desaparecido los conejos y las perdices.
¿Que opinión les merecen las declaraciones del ministro Garzón?
M.J.: No hemos comido mejor carne que ahora en ninguna época. Desde que comenzó el problema de las vacas locas, se controla todo muchísimo a través de la trazabilidad.
M.F.: El productor produce lo que el mercado y la sociedad demanda. La carne roja es roja porque tiene hierro y sin hierro no podemos vivir. Los rumiantes favorecen el medio ambiente porque consumen subproductos de origen vegetal que procesan y los convierten en carne de alta calidad, por lo que no entiendo por qué esta guerra contra las vacas cuando es el animal mejor dotado para convertir esos subproductos vegetales en alimento de muy alta calidad. Tendríamos que ponerlas en un altar en lugar de decir que contaminan el medio ambiente. Las vacas contaminan como nosotros, los aviones, los coches…, no más. Luchar por el medio ambiente es también reforestar como se hacía hace 30 años y no echarle la culpa de todo a la ganadería. No hay una solución mágica, es algo en lo que debemos colaborar todos.