OPINIóN
Actualizado 15/01/2022 09:30:48
Julio Fernández

Jamás, en la corta histórica de nuestra democracia, un partido político había generado tantas manipulaciones, bulos y malas artes contra un gobierno legítimamente constituido, como el PP y Vox, con la intención de acabar con él, como sea, sin importar los medios empleados sean lícitos e ilícitos. Lo estamos viendo semana tras semana. En estos primeros días de 2022 el blanco de las iras y de la impotencia de la derecha y la ultraderecha ha sido el ministro de consumo, Alberto Garzón, generando un bulo de una entrevista hacia el ministro publicada en el prestigioso diario británico “the Guardian” en la que, por una parte, defendía las explotaciones ganaderas extensivas porque crean empleo de calidad en las zonas rurales de la “España vaciada” y fijan población y, por otra, criticaba la proliferación de explotaciones de ganadería intensiva porque provocan contaminación poniendo en peligro la vida y la salud de las personas, supone un acto premeditado y alevoso de maltrato animal y la carne que ponen a disposición del consumo humano es de una calidad notablemente inferior a las de las granjas de explotaciones tradicionales que respetan el ecosistema y la sostenibilidad. Y lo más delirante de la situación -síntoma del vértigo electoral que ha secuestrado a las formaciones políticas- es que incluso algunos miembros del Ejecutivo, incluido el propio presidente del gobierno, se hayan limitado a decir que “lamentan la situación generada por las declaraciones de Garzón”, cuando lo que hay que hacer es condenar sin fisuras la utilización partidista, perversa, interesada y malintencionada que está haciendo la derecha y la ultraderecha con la única finalidad de rascar un puñado de votos obtenidos del engaño a una ciudadanía a la que consideran ignorante, imbécil y fácilmente manipulable.

Otro de los bulos que ha publicado el PP en las últimas horas, de los labios del secretario general de la formación, García Egea, está relacionado con el elevado precio de los test de antígenos vendidos durante estas navidades y cuyo coste se ha intervenido y regulado por el Ejecutivo en los últimos días. García Egea se preguntaba lo siguiente: ¿cuándo dinero ha recaudado en impuestos el Gobierno con la venta de los test de antígenos? García Egea no sabe o no quiere saber que los test de antígenos están exentos de IVA y, por tanto, lo que ha recaudado el Ejecutivo son “cero euros”. Cuando algunos periodistas se pusieron en contacto con la sede del PP nacional –la reformada con dinero negro, no olvidemos- para que informasen sobre ese comunicado de Egea, dijeron que era un error, pero lo cierto es que el video no lo han quitado de la web, siguiendo engañando a los que lo ven. Otro bulo, como el que protagonizó la portavoz del PP en el Congreso Cuca Gamarra hace unos días, diciendo que los Presupuestos Generales del Estado no habían entrado en vigor el 1 de enero por un grave error del Ejecutivo. Todo ello debido a que se creó un bulo que publicó un medio de comunicación con esa noticia. Lamentable, torticero y escandaloso el comportamiento del PP, que sigue mintiendo, manipulando e intoxicando a la opinión pública.

Por su parte, Egea no dijo que la Junta de Castilla y León pagará más de 6 millones de euros de dinero público a tres empresas privadas a las que adjudicó contratos, sin concurso público y el día de nochevieja, por el procedimiento de urgencia, a tres empresas privadas, dos de ellas dirigidas por ex altos cargos del PP de la Comunidad Autónoma. Externaliza este servicio porque NO LO CUBRE LA SANIDAD PÚBLICA DE CASTILLA Y LEÓN. Y son 200 mil test. Si dividimos la adjudicación de dinero público por todos los test, nos sale cada uno de ellos a 31 euros. ¡Y CON DINERO PÚBLICO!. ¿Cómo califica esto señor García Ejea? Y luego se quejan y llevan al Tribunal Supremo al Gobierno por la distribución de una pequeña partida de fondos europeos a algunas CC.AA. y ayuntamientos; distribución realizada conforme a la normativa vigente.

Pero los acontecimientos, por esperpénticos que parezcan, no sólo cesan, sino que el PP se ha empeñado en continuar resbalando por una senda peligrosa que resulta hilarante, porque uno de los eslóganes que utilizarán en la campaña electoral de las elecciones anticipadas en Castilla y León es la de “más ganadería y menos comunismo”. Esto hace que -al igual que Calígula (emperador romano vil y tirano que padecía una considerable demencia) designó cónsul a su caballo “Incitatus”, le construyó una caballeriza de mármol con pesebres de marfil, le dio una villa con jardines y designó a dieciocho sirvientes para su cuidado personal- presenciemos actos electorales del PP en el que aparece un líder de esta formación hablándole a un rebaño de ovejas –como se ha visto a Moreno Bonilla recientemente-, aunque no es nada nuevo en este político, ya que en la campaña de las elecciones autonómicas de Andalucía en 2018 se hizo viral un video en el que le pedía a una vaca que no votara al PSOE y que votara al PP. Esto es un claro síntoma del sarcástico desprecio que los políticos del PP hacen de las instituciones públicas; que consideran de su propiedad, que deben estar a su servicio porque solo creen en el “ordeno y mando”. Cuando estas instituciones las pierden en unas elecciones democráticas libres y legítimas hacen lo que sea (manipulando, mintiendo, intentando controlar al poder judicial y acusando falsamente a los adversarios, jugando sucio y poniendo zancadillas para derribarlos) para recuperarlas. Y esto no son solo meras sospechas, entelequias o presunciones, sino que ha sido probado en varios procesos judiciales en los que el PP ha sido condenado: Gürtel, Caja B, Bárcenas, Púnica, Lezo y las que aún les quedan por sustanciar y que incrementarán la lista de condenas por corrupción.

Uno de estos presuntos casos de corrupción que actualmente se están investigando y sustanciando en los tribunales de justicia es el que afecta al PP de Salamanca y al presidente de la Junta de Castilla y León, Fernández Mañueco. Sabemos que el presidente de esta formación en Salamanca, Javier Iglesias, presidente de la Diputación Provincial de Salamanca, está imputado, como su partido, en una presunta financiación ilegal de la formación. Es más, hace unos días varios ex miembros del equipo de Mañueco (de cuando fue alcalde de Salamanca y años antes presidente de su Diputación Provincial) han presentado un escrito en el juzgado en el que implican al propio Mañueco en la presunta financiación ilegal del PP en Castilla y León. Este escrito ha sido admitido a trámite por el juzgado salmantino. En un acto electoral de Casado en Ávila este viernes –en el que también habló a vacas y ovejas de una explotación ganadera- fue preguntado por un periodista qué opinaba de la situación judicial a la que se enfrenta Mañueco en Salamanca. Por supuesto Casado se “hizo el sueco” alegando desconocer la información. “Dime de lo que presumes y te diré de lo que careces”. ¡MENTIROSO!

En cambio, el PP nacional lleva años echando balones fuera, no asumiendo responsabilidades políticas por todas estas tramas de corrupción –incluso no ha cumplido con su última apuesta, la de Casado, de abandonar la sede del PP en Génova 13, reformada con dinero negro- apoyado y aplaudido por sus aduladores mediáticos, se ha limitado a acusar falsamente a otras formaciones políticas de financiación ilegal. Es el caso de la macro causa abierta contra la formación Podemos por presunta financiación ilegal que ya acumula hasta 6 líneas de investigación archivadas por los tribunales de justicia. La última, el archivo por parte de la Audiencia Provincial de Madrid, que sentencia que no hubo delito en la “caja de solidaridad” de Podemos, no hubo administración desleal ni financiación ilegal y, por otro lado, en la que queda pendiente, la Fiscalía no ve “contrato simulado” en los servicios contratados por la formación política con la consultora mexicana “Neurona” para las elecciones generales de 2019. Pero de esto, los que han propiciado esas falsas imputaciones (PP y sus periodistas y medios de comunicación afines) nada dicen. El PP, toda la derecha atrabiliaria y cerril, además de sus aduladores, conocen muy bien la máxima del responsable de la política de comunicación nazi, Joseph Goebbels y de Steve Bannon, gurú de Trump, que consiste fundamentalmente en mentir y manipular; porque, ya se sabe, “calumnia que algo queda”.

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